Haruko
Me senté en mi sitio, saqué mi libro y mis cosas, para después apoyar mi cabeza encima de éstos.
No pude dormir en toda la noche pensando en Taiju. Tengo problemas de sueño de por sí, pero el problema es que cuando logré descansar, empecé a soñar con él; como si estuviéramos saliendo y todo era demasiado... extraño, por lo que cuando desperté a las 2 a.m, se me ocurrió mi venganza.
Mi venganza por haber estado en mi mente todo el día anterior y no dejarme descansar apropiadamente. Estuve planeando distintos amarres, unos más leves y otros más fuertes, pero acabé decidiéndome por uno que era sencillo para ver si me funcionaba primeramente.
Lo malo, es que para prepararlo, había que recoger una serie de ingredientes: un objeto personal, un cabello y, lo más importante y complicado de todo, saliva de la persona a la que iba a hacérsele el amarre.
Hoy, decidí obtener un cabello, ya que a mi parecer está más sencillo de conseguir. Recordé que, como Taiju iba a un grado más que yo, estaba en otro aula a si que sería un tanto complicado acercarme a él, sobretodo por el pequeño detalle de que el día anterior me puse a decir que no me importaba una mierda nadie, y que ya superaría el hecho de cómo era mi verdadera personalidad.
Dejé que transcurriera el día con normalidad, como comúnmente lo hacía, hasta que se acabaran las clases. Informándome, pude saber que Taiju era de los que salía mucho más tarde que los demás, porque se quedaba hablando con sus amigos en otra clase; a si que aprovechando esto, podría ir a su clase y revisar si hay algún cabello, aunque sea minúsculo.
Acabó la clase. Todo el mundo salió por la puerta. Como delegado de la clase, simplemente le dije a los pendejitos que les había tocado quedarse a limpiar, que ya lo hacía yo, por lo que estuve limpiando hasta que no escuché casi ruidos, ya que ahí, comenzaba mi plan maestro.
Sigilosamente, abrí la puerta del aula, mirando de un lado a otro, para vigilar si había algún niñato por el pasillo. Como tenía la el paso libre, andé despacio hacia las aulas que estaban al fondo de nuestra planta, que eran las clases de los compañeros de Shiba-senpai.
Efectivamente, se escuchaban apenas tres voces en el aula 2-C, por lo que, si mi memoria no fallaba, la de Taiju era la 2-A. Caminé lentame hacia mi destino, abriendo la puerta lentamente mientras buscaba con la mirada el sitio de mi senpai.
Cuando lo localicé, fui lo más deprisa y silenciosamente que podía. Revisé en la cajonera y entre los libros, hasta que comencé a revisar la mochila enterita. Casi suelto un grito de emoción cuando en la cremallera de su estuche vi enganchado un cabello casi inapreciable.
Con máximo cuidado lo saqué y lo introduje en una bolsita pequeña transparente que traje, y en cuanto la cerré, entró alguien.
—¿...Haruko?— casi me dio un vuelco al corazón. Entró la persona que justo no debería de haber entrado, ¿que payasada es ésta?
—Ehm, ¿qué ocurre, Shiba-senpai?— sonreí como quién no quiere la cosa y no ha hecho nada, a pesar de que ya me habían fichado de arriba a abajo.
—¿Qué haces al lado de mi-? Espera, ¿por qué está mi mochila abierta? ¿La estabas revisando?— solté las mayores carcajadas de nerviosismo que jamás había echado. El peliazul simplemente me miraba con una ceja arqueada.
—¿Cómo crees? ¿Yo revisando tu mochila?— la cerré a toda velocidad y me limpié las rodillas cuando me levanté del suelo. —Simplemente se- se me perdió un lapicero, porque no encontraba el mío y pues lo encontré a si que me voy, ¡adiós Shiba-senpai!— tras soltarle todo ese rollo, salí disparado de la puerta pero parecía que Taiju era más veloz.
—Si lo necesitabas, me lo podrías haber pedido en vez de andar rebuscando en mis cosas— me tomó de la mano acercándome a él, metiéndome de nuevo en la clase y cerrando la puerta detrás de mi, para apoyarme en ella.
—Ah... Eh, S-Shiba-senpai, no era tan necesario, simplemente me sonaba que estuviera ahí y...— cuando menos me lo esperaba, ya estaba arrinconado contra la puerta y con una de sus gigantestas manos en mi cintura. Me miraba fijamente a los ojos, y no podía parar de sujetarle la mirada, aún sabiendo que la distancia de nuestros rostros se acortaba cada vez más.
—¿Puedo besarte?— me preguntó cuando estuvimos a unos pocos centímetros el uno del otro. Sonreí maliciosamente y sin pensarlo entrelacé mis brazos en su cuello.
—Solo si me dejas tocarte las tetas— no pensé lo que decía hasta que me di cuenta al ver su rostro lleno de sorpresa y estupefacción.
—¿Qué?— preguntó arqueando una ceja.
—¿Qué?— le respondí haciéndome el tonto.
—¿Qué?— espetaron dos voces que provenían de detrás de nosotros.
Taiju miró con ira la puerta. La verdad es que su cara de enfadado da un poco de miedo.
Me sujetó de debajo de las axilas y me sentó en una mesa dándome un beso en la frente que claramente ni me esperaba, para abrir la puerta de un golpe y ver a sus dos amigos que estaban detrás, comenzar a correr. Taiju les iba a seguir pero se frenó un momento, me miró y me señaló.
—No te muevas de ahí, quiero continuar luego— tras decir esto, saliendo corriendo tras sus amigos, gritando insultos y cosas por el estilo.
Tras unos segundos de proceso de información, corrí a mi aula, agarré mi cartera y me largué como alma que lleva el Diablo, que era lo más probable.
Dios, en mi vida había pasado tanta vergüenza recordando algo que me sucediera en la escuela; ¿cómo le pude decir que le dejaba besarme si me dejaba tocarle las tetas? Aunque, si me hubiera dejado... no, si me hubiera dejado, luego me hubiera ido corriendo; no me dejaría besar por ese tipo.
Traté de eliminar de mi memoria esos pensamientos, ya que había obtenido lo que quería y me había propuesto hoy: un cabello, uno de los tres ingredientes para hacer el amarre que tenía las mejores críticas en Internet.
Espero que les haya gustado este capítulo jujuHaruko y sus amarres>>
Cualquier cosa comenten y voten si les ha gustado <3
Bye bye!
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Ideas para conquistarle || Taiju Shiba x Male Oc
FanficTaiju, que se enamoró de un chico que conoció en su instituto, no sabía cómo podía declararle su inesperado amor, por lo que simplemente decidió ir a una biblioteca, y utilizar los ordenadores para encontrar una web que le proporcionara ideas para c...