Taiju, que se enamoró de un chico que conoció en su instituto, no sabía cómo podía declararle su inesperado amor, por lo que simplemente decidió ir a una biblioteca, y utilizar los ordenadores para encontrar una web que le proporcionara ideas para c...
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Haruko
Me encontraba en una sala no muy espaciosa, blanca, con una gran mesa frente a mi y completamente solo.
Bueno, a ver, solo no. Pero lo parecía.
Taiju estaba sentado en la mesa que parecía la misma que la del despacho de un maestro, pero indudablemente era el despacho del presidente del consejo estudiantil.
Estábamos en silencio mientras Shiba-senpai suspiraba pesadamente mirando muchos papeles. Como me estaba aburriendo, comencé a observarle fijamente. Lo examine de pecho para arriba, que era lo único que se podía ver ya que estaba sentado, pero no me disgustaban nada las vistas.
— ¿...Todavía no piensas en disculparte o algo?— Soltó el peliazul repentinamente, haciendo que nuestras miradas coincidieran, cosa que provocó que pegara un salto de mi asiento.
—¿Qué?¿Disculparme?¿Y eso por qué?— dije con total indignación mientras fruncía el ceño.
—¿A lo mejor por la cantidad de inconvenientes que le has provocado al Consejo por haber humillado y golpeado a un miembro?—Taiju apoyó con fuerza sus codos en la mesa para que resonara el golpe y así lo hizo. Pero a mi esas pendejadas no me daban miedo, por si todavía no se había enterado.
—Le golpeé en defensa propia, se estaba metiendo conmigo— ...y también contigo, pensé pero no fui capaz de decirlo. Me crucé de brazos mirando hacia un lado, disimulando que estaba apretando mis puños mal vendados de la rabia que me daba que yo fuera el que se estaba llevando el regaño.
Súbitamente, se levantó de la silla para agarrarme del cuello de mi camisa y estamparme en la pared con notable fuerza, ya que me dejó sin aire momentáneamente.
—¿Te crees que es momento para tus estupideces de niño chico?— en cuanto le miré a los ojos sentí un pinchazo profundo. Su rostro mostraba mucho, pero mucho enfado, pero en el fondo tenía una expresión de decepción.
Pero, eso me daba mucha rabia. ¿Por qué se estaba desquitando conmigo cuando también Kaneko-senpai tenía culpa?
Me sujeté del brazo con el que me estaba levantando para alzarme yo mismo un poco más y poder respirar, frunciendo aún más el ceño.
—¿Y tú te crees que estoy diciendo estupideces? Literalmente ese tipo se estaba metiendo conmigo a si que le hice que escarmentara y- — de pronto, simplemente noté un dolor inmenso en el rostro e inmediatamente después en todo el cuerpo. Casi pierdo la conciencia, pero fui capaz de darme cuenta de que Taiju me había asestado un puño en el rostro, lanzándome a la otra punta del despacho.
Simplemente me limpié la sangre que se deslizaba por mi labio entre tanto me levantaba con dificultad. Levanté la vista para observar momentáneamente el rostro de preocupación y arrepentimiento que tenía mi superior, pero simplemente bajé la mirada.
