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Me encontraba en los techos de Los Altos edificios de Brooklyn, buscándolo. Habían pasado treinta tediosos minutos de búsqueda del hombre más fácil de buscar, Spider-Man.

Estaba a punto de darme por vencida cuando escucho un web shooter a pocos metros de mi, mi sentido arácnido al instante se puso en trabajo en menos de un minuto ya lo tenía frente a mi

-¡Spider-Man! - grité acercándome a él corriendo mientras levantaba una mano tratando de decir que esperara

-¡Oh! ¿Hola? ¿Eres aliada o debería atacarte? - preguntó Spider-Man. pude notar que levantó una ceja ya que su traje era bastante expresivo.

-¡por Dios! ¿No ves mi traje? - señalé mi pecho - ¡soy como tú pero en mujer! Necesito tu ayuda.

-¿spider woman? Pensé que era el único. - mencionó cruzándose de brazos y poniendo su dedo índice y pulgar en su barbilla, pensando.

-Al parecer no. Escucha, ¡soy como tu! Soy spider woman de otro universo y de alguna forma llegué a tu universo. - dije casi gritando.

Definitivamente charlar en las azoteas de los edificios no era la mejor idea, tenía que gritar para que me escuchase.

-¡entiendo! Completamente entiendo. A una chica... también le pasó. - dijo mirando a su alrededor, como si estuviera buscando algo. - bien, ¿qué te parece si nos reunimos hoy a las seis de la tarde en lo alto del edificio del banco Williamsburg?

-me parece bien, allá nos vemos. - me retire con una telaraña.

Ya me había arreglado con Spiderman para charlar más al respecto. Hasta ese momento no me había preocupado por la escuela, así que, aún que ya había terminado la jornada estudiantil decidí regresar a mi dormitorio en la escuela para esperar un poco.

Al llegar al edificio entré por la ventana y pude notar que el dormitorio estaba solitario. Me recosté en la cama por unos minutos analizando todo lo que había pasado y lo que todavía faltaba por pasar.

Miles.

Tomé el celular, el cual tenía muy poca práctica para usarlo ya que no poseía uno. Busqué en contactos

Miles Morales
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Lo llamé.

-¿hola? Vri, ¿estás... bien?

-Miles soy la de hace rato.

-si, lo sé. La de aquí nunca me llama.

-¿Estás en la escuela? - pregunté mientras me levantaba de la cama.

-si, estoy en mi dormitorio ¿ocupas algo?

Dios mio, ¿quien no podría amar a este chico?

-¿Crees que puedas venir un rato a mi dormitorio? - hice una mueca esperando que no le molestara.

-Llego en cinco. - finalizó la llamada.

Durante la espera de Miles mi cabeza se encontraba en blanco. Ni siquiera sabía si estaba haciendo lo correcto, o que estaba haciendo. Lo que tenia en claro era salir de ese universo lo más pronto posible.

Tocaron la puerta. Me acerqué a abrir la puerta.

-ah, Miles. - abrí la puerta totalmente para dejarlo pasar. - Gracias por venir - cerré la puerta con mi espalda y en ese momento me di cuenta de la buena iluminación natural del dormitorio.

-No hay problema - contestó Miles analizando las paredes del dormitorio - ya sé que este no es tu dormitorio, pero no sabía que a ella le gustaba todo esto.

-créeme que mi dormitorio no es nada parecido a este - reí un poco

Miles estaba en silencio.

Era mi momento de preguntarle

-Miles, ¿estás bien? - me acerqué un poco a el.

-si, es solo que todavía me cuesta creer que no eres Avril. - dijo mirando al piso mientras se sentaba en la cama.

-bueno, si soy Avril pero no tu Avril ¿sabes? - me senté a su lado

-si, entiendo - se rió un poco - es solo que, eres tan diferente a ella.

-¿a que te refieres? - pregunté girando mi cabeza de lado como los perros

realmente estaba llena de curiosidad, ¿acaso la otra Avril era muuuy diferente? Ya había escuchado a mi- bueno su madre decir que tiene piercings.

-Ella es una mala persona. Se drogaba y fumaba como loca - miró la cajetilla de cigarrillos en su mesa de noche - muchas veces le dije que dejara de hacerlo, no porque la manipulaba o algo, porque era una adicta a su corta edad.

-Que fuerte, lo siento si alguna vez yo te, bueno ella te trato mal - descanse mi mano en su hombro.

-Vaya que si, yo soy una persona bastante tolerante pero ella era muy atrevida. ¿Si mencioné que somos novios? - me miró y asentí - hoy quería hablar con ella para terminarla, mis amigos y mi familia la odiaban y yo ya no soportaría sus malos maltratos y su extraño lenguaje del amor

-wow, no pensé que podría llegar a ser así de mala. - retrocedí un poco.

-cuando te escuché, supe que no eras ella. Tu hablas español y ella no habla español porque es una orgullosa - giro su cuerpo para quedar frente a mi.

-bueno, si de algo estoy orgullosa es de mis orígenes. Yo no podría dejar de hablar español  - lo miré

Ambos nos miramos, por un largo tiempo. Entendiéndonos perfectamente sin la necesidad de palabras, apenas conocí este Miles pero sentía que lo conocía hacía mucho tiempo. Su presencia era cálida y agradable.

Un timbre sonó, provenía del celular de Miles.

Papá
Llamada entrante

-lo siento, es mi papá - señaló su celular, como si necesitara evidencia para creerle.

-adelante - hice el típico gesto con la palma de mi mano dándole a entender que no tenía problema.

Miles se levantó de la cama y se acercó a la ventana, la cual sin darme cuenta, había dejado abierta al momento de entrar y tal vez por eso el cuarto estaba a la temperatura perfecta.

La llamada duró muy poco, solo escuchaba a miles decir lo siento en cada oración y finalmente "no tardo".

-lo siento, me tengo que ir - giro hacia mi y quedo al frente.

-no te preocupes - me levanté - ¿nos vemos luego? - levante mi puño como saludo.

-nos vemos -me respondió el saludo y se acercó a abrir la puerta del dormitorio - sale, bye.

El silencio se hizo en la habitación y lo que era una cómoda brisa, se convirtió en una helada.

Rodé mis brazos alrededor de mi cuerpo mientras caminaba hacia la ventana para cerrarla. La ventana apenas había sido cerrada, se abrió la puerta.

Había llegado Jazmín, mi compañera de dormitorio.

-heeeyyy, vi a Miles salir de aquí. - dijo con una sonrisa en la cara.

-¡ah! si, vino un rato. - me acerqué a mi cama para sentarme

-¿ya pasó algo interesante?, tú sabes. - preguntó con un tono de curiosidad bastante exagerado.

-¿Qué? Ay por Dios, ¡claro que no! Vino a charlar - tome mi celular

5:40pm

Si quería llegar a tiempo con Spiderman tenía que irme ya.

-lo siento me tengo que ir otra vez - me levanté y me acerqué a la puerta

-¿otra vez? - dijo la chica dejando caer sus brazos dramáticamente.

-nos vemos - salí por la puerta, cerrándola detrás mío.

Lo mejor de mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora