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Me encontraba mirando las cosas de Miles, sus zapatos, su ropa, su mochila, todos esos pequeños detalles que hacen a Miles, Miles. Me sorprendía que Miles también existía en mi universo, nunca había notado a Miles... bueno quiero decir, hablé con el un par de veces pero nunca me detenía a literalmente verlo, ver sus grandes ojos, sus manos. Siempre tuve en cuenta a Miles pero ese día, en su habitación, viéndolo meparecía una persona increíble en todos los sentidos.

Pude notar un color rosado aparecer en las mejillas de Miles, tal vez porque llevaba viéndolo alrededor de un minuto, en silencio. Miles se encontraba recargado en uno de los muebles de su habitación, yo me encontraba sentada en la orilla de su cama y aún así tenía que voltear hacia arriba para mirarlo.

Se escucharon unos ruidos fuera de la habitación.

-mierda- susurró Miles

-¿qué pasó? -susurré en un pequeño pánico

-mi mamá, olvidé que llegaría temprano- explicó mirando la puerta suplicando a que no la abriera.

Me levanté de mi cómodo asiento en un segundo y me traté de ocultar detrás de Miles

En el momento que dijo mamá empecé a sudar frío. Miles me había dicho que la otra Avril no le agradaba a sus padres. y yo, aun que no fuera la otra Avril tenía su cara en la mía. Vaya si le tenía miedo a no agradarle a alguien, sería a la madre de Miles.

-¿me voy? -pregunté aun detrás de Miles mientras mis manos se posaban en su espalda.

-yo creo que-

Se abre la puerta.

Entró a la habitación una mujer con pelo negro y largo sujetado, con unos grandes aros como aretes, usando un uniforme de hospital y entre sus manos una canasta para ropa.

-Oye Miles, ¿tienes ropa sucia?- preguntó en español pero se detuvo al ver a Avril detrás de Miles

-¡ah! Ma, no te dije que vendría Avril- miles explicó

-buenas tardes, sra. Morales- di un paso al frente y extendí mi mano.

Pude notar como la sra. Morales se sorprendía por mi saludo pero aun así me contestó bastante seca.

-Buenas tardes y no te puedo dar la mano- dijo mirando sus brazos llenos por la canasta.

Mierda, que tonta ¿por qué no me di cuenta? Baje mi mano avergonzada

-¿está bien si Avril se queda un rato?- Miles intentó sonar relajado.

-solo un rato, Miles- nos miró a los dos para finalmente salir de la habitación.

Miles fue detrás de su mamá y cerró la puerta. Ambos nos miramos con los ojos bastante abiertos antes de morirnos de carcajadas.

-lo siento, se comportó así porque no soportaba a la otra Avril- dijo aún con las pequeñas lágrimas de risa en sus ojos.

-Mierda Miles pues, ¿que le hizo la otra Avril?- dijo entre risas aún.

-existir
Ambos nos quedamos serios ante su chiste pero finalmente nos reímos con la misma intensidad de siempre.


-¿Quieres escuchar música?- preguntó Miles.

-me parece bien- me acerqué a Miles para ver su celular.

Miles conectó unos audífonos de cable a su celular y me compartió el del lado derecho. abrió una aplicación de música en su celular y puso la primera canción de la playlist, sunflower.

Lo mejor de mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora