13.

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La tercera semana fuera de mi universo, fue bastante ordinaria. Mi rutina consistía en despertar, ir a la escuela, hablar un poco con mis amigos, regresar al dormitorio, estudiar y dormir. Toda la semana Miles y yo estuvimos en exámenes, un día estudiamos juntos ya que teníamos el mismo examen. Todo siguió igual excepto por la tarde del viernes.

Ese día antes de salir de la escuela, Miles me invitó a su casa.

Miles no me dijo una hora específica para llegar, así que pensé en que hora me gustaría que alguien llegue a mi casa. Las cinco de la tarde, ni tan temprano, ni tan tarde.

Comencé a arreglarme a las cuatro con veinte minutos. Otra vez decidí irme descartar la vieja confiable y no usé jeans de mezclilla, la mezclilla es resistente y cubre pero realmente no te mantiene caliente así que opté por unos pants de esos que son bastante calientitos y de los que usan para bailar hip hop. Usé un top blanco ajustado, otra vez. Llámenme básica. Finalmente, una sudadera de cremallera que sinceramente la tenía cerrada porque el frío estaba muy intenso.

Salí de mi casa y tomé un taxi hacia la casa de Miles porque no pensaba caminar y mucho menos columpiarme. Al pasar 20 minutos llegué, había tráfico. Pagué el viaje y entré al edificio y juro por lo que más quieras que el edificio estaba helado, no sé porque pero no sentías esa comodidad de llegar a tu edificio. Comencé a subir las escaleras hasta el piso de Miles y toqué la puerta, escuché un "voy", mientras esperaba soplaba aire caliente en mis manos y de la nada Rio, la mamá de Miles abre la puerta e inmediatamente recupere mi postura y baje mis manos. Noté la reacción de Rio al abrir la puerta.

-ah, hola- saludó una poco confusa

-buenas tardes Sra. Morales- yo sé que a las madres latinas prefieren y por mucho que les hables de usted -¿está Miles?

Rio giró su cabeza dramáticamente hacia dentro del departamento y gritó como verdadera latina

-¡Miles, Avril está aquí!- exclamó con acento puertorriqueño

Rio volvió su mirada hacia mi y a lo lejos volví a escuchar un "¡voy!" pero esta vez de Miles.

-pasa- abrió totalmente la puerta y caminó hacia la sala

Entré, me di la vuelta y cerré muy delicadamente la puerta. Volví a darme la vuelta y me quedé parada sin saber que hacer, esperando a Miles. En efecto, había llegado muy temprano.

Pasaron pocos segundos y miles ya estaba parado frente a mi

-hola- le salude de beso, como buena latina.

-hola, Vri- respondió el saludo -pasa

El departamento de Miles era muy normal, como cualquier otro. Tenían pocas decoraciones en general. Entré a la habitación de Miles y vaya, sentía que no había venido en un largo tiempo pero en realidad solo eran un par de semanas. Todas las cosas seguían ahí, algunas habían cambiado de lugar.

-y bien, para que me necesitas- miraba la habitación mientras Miles cerraba la puerta a mis espaldas

-solo quería hablar contigo ¿no puedo?- hablaba un poco extraño

-si, lo siento he estado muy estresada, ya sabes- me recargué en la pared

-te entiendo- miró el suelo unos segundos y de repente me miró -digo... no es que yo esté en literalmente otro universo pero entiendo como te puedas sentir

-Gracias por entender- hubo una pausa -pero lo que más me enoja es sentirme inútil porque no puedo hacer nada

-y... ¿si te quedas?- parecía que lo había retenido por mucho tiempo.

Una parte de mi me decía que era buena idea y que realmente estaba haciendo todo funcionar en este universo ¿era buena idea? Pero también otra gran parte de mi me decía que nada de esto debía de haber pasado y que solo causaría más problemas

-me encantaría pero ¿y si ocasiono más problemas?- me acerqué a él -ambos sabemos que no debería estar aquí, la otra Avril debería estar- ¿que estaba a punto de decir? -contigo

La expresión de Miles automáticamente cambió y me dió la espalda mientras caminaba a la ventana y ahí fue cuando me di cuenta de lo que había dicho

-Miles sabes que no me refería a eso- caminé detrás de el

Miles había recargado su brazo arriba, sobre la ventana y había recargado su frente en el mirando hacia fuera. Me acerqué a él y me recargué con el hombro sobre el marco de la ventana, teniéndolo de frente.

-Mira Miles, no se que te hizo la otra Avril pero no me refería "contigo" literalmente- no me permitía parpadear, no dejaría de ver su expresión de un ligero enojo sobre su rostro -ella tiene que estar aquí, en este Brooklyn y yo en el mío.

-es que eso es lo injusto- giró su cabeza hacia mi - a mi la otra Avril me asusta y no soportaría el hecho de que son la misma persona porque- miró el suelo unos segundos -mierda, son tan distintas.

-Miles- me acerqué -dímelo, cuéntamelo, suéltalo, desahógate. Se lo mucho que has querido decirlo y estoy dispuesta a escucharte.

En menos de un segundo vi como miles bajaba hasta el suelo, se había sentado ahí mismo, recargándose en la pared. Me senté a su lado pero yo lo veía su perfil de frente, por cierto tenía muy buen perfil.

-Avril trataba a todos como mierda, era una depresiva suicida adicta a fumar. Me amenazaba.

-¿con qué?- puse mi mano sobre su rodilla

-con suicidarse- giró su cabeza hacia para mirarme.

¿Qué mierda?

-se hacía daño frente a mi- volvió a mirar hacia el frente -y si trataba de detenerla, se hacía más.

-Miles- estaba sin palabras, estaba traumatizado. Lo que había vivido con la otra Avril fue un trauma

-y el problema es- volvió a hablar - que yo la quería... fui tan estupido por haberla dejado hacerlo, porque prefería que se lastimara a que... tú sabes- me miró unos segundos y regresó su mirada al frente- aún así sabía que cualquiera de las cosas que hacía estaban mal y no hacía nada.

-Miles, no es tu culpa que ella fuera así contigo- me acerqué aún más -sé que es duro todo lo que te hizo pero tú hacías lo que creías correcto y no es tu culpa por hacerlo- me senté del mismo modo que el, de modo que nuestros brazos se tocaban y nuestras espaldas estaban recargadas en la pared.

La respiración de Miles comenzaba a ser irregular, lloraba.

Levanté un poco el brazo izquierdo de Miles y pasé mi brazo por debajo y lo abracé, solo el brazo.

-todo estará bien, Miles- recargué mi cabeza en su hombro, tras unos segundos recargó su cabeza sobre la mía

Lo recordé, ya habíamos estado en esa posición hace 4 días, en otro contexto y lugar pero la misma posición.

Sentí la cabeza de Miles separarse un poco, también como la otra vez, lo cual me hizo levantar la cabeza también y mirarlo

-te quiero mucho, Vri- miles estaba otra vez con los ojos inflamados y con las mejillas empapadas

Ya no quería verlo llorar

-miles- me puse bastante seria, como para asustarlo -¡ya deja de llorar porque también yo voy a llorar!- grité con voz grave porque lo quería hacer reír

-¡yaaa!- alargo el grito bastante - ya dejaré de llorar.

-las cosas solitas caerán en su lugar, todo estará bien- le dediqué la sonrisa más honesta que ha expresado mi rostro

-todo estará bien- también sonrío.

-así se habla- le di un pequeño golpe con el codo

Tori :)
Lo siento por tardar tanto entre actualización 😦
Pero en fin, disfruten de lo que queda porque pronto llegará el fin de la temporada 1 ;)

Lo mejor de mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora