JungkookYoongi se sienta rígido en el asiento del pasajero mientras yo conduzco rápido a la escuela. Mi oído todavía tararea por la sobre excitación de Jin por llevar a un chico al restaurante. La maldita Jiwon fue y le envió un mensaje tan pronto como se alejó de nuestra mesa. Es la última vez que le doy una gran propina.
-¿Estás bien? - Yoongi pregunta.
-Bien- Intento aflojar la tensión de mis hombros. -¿Tú? -
-Estoy bien -
-¿Estás seguro? - Lo miro por el rabillo del ojo mientras ruedo hacia el estacionamiento de los estudiantes.
-Sólo listo para más escuela-
-Creo que nunca he oído a nadie decir algo así- ¿Este chico es de verdad? Aparco y salto, corriendo a su lado y abriendo la puerta. El lugar está tranquilo, la campana está a punto de sonar.
El sale y agarra su mochila. -¿Llegamos tarde? - El mira a su alrededor.
-No- Lo tomo en mis brazos.
El lanza un lindo y pequeño grito mientras me apresuro a través del césped y en la acera. Dando los pasos de dos en dos, empujo a través de las puertas delanteras, inclinándolo de lado para no lastimar lo.
-¿Cuál es tu clase? -
-Um, literatura, creo- Sus ojos están muy abiertos cuando me mira, y tengo el fuerte deseo de besarlo. Lucho contra ello, porque necesita que sea responsable en este momento.
-¿Sra. Jack o Dr. Kai? - Yo pregunto.
-Kai- dice el y me rodea el cuello con sus brazos mientras comienzo a correr. Se siente tan suave contra mi, su cuerpo presionandose contra mi pecho y enviando una racha de calor hacia el sur. Su aroma es algo tan dulce como el, un toque de vainilla y una ráfaga de champú de fresa. Apuesto a que sabe a postre, se que nunca ha sido probado por nadie antes.
Concéntrate, Jungkook.
Me apresuro a bajar al salón de artes y me detengo al final.
Poniéndolo de pie, me inclino, le doy un beso en la mejilla, y lo empujo a través de la puerta justo cuando suena el timbre.
Miro a través de la pequeña ventana rectangular cuando encuentra un asiento cerca de la ventana y saca su cuaderno.
Me aseguraré de tomar mi portátil de casa y se lo traeré mañana. Todavía está en la caja, pero mientras pienso en ello, probablemente necesite algo más nuevo. Quiero decir, los portátiles de la escuela están bien, pero el es un estudiante serio.
Dejarlo no es fácil, pero probablemente debería ir a mi clase de anatomía. Me alejo y saco mi teléfono. Con unos pocos clics, tengo un nuevo portátil en camino para el. Mi apellido tiene muchos inconvenientes, pero el acceso al dinero no es uno de ellos. Guardando mi teléfono, me doy vuelta hacia el salón de ciencias.