JungkookUna ligera nevada cae mientras ruedo por la entrada de los Bradford. Llego un poco temprano, así que aparco delante del garaje y compruebo mi teléfono. Anoche envié un mensaje de texto a Yoongi cuando llegué a casa, y luego otra vez antes de acostarme. Sólo leer sus palabras me hace sonreír de nuevo. Es inteligente y, para ser un buen chico, se toma fotos perfectas de su cuerpo desnudo. Lanzo otro mensaje cuando me acerco y me aseguro de que su asiento es agradable y cálido.
¿Estás despierto?
Si no lleva guantes, un gorro, un abrigo y una bufanda cuando salga del apartamento, tendré que saltarme la clase para comprarle unos cuantos de cada uno. Su nuevo portátil está en el asiento trasero, aunque me ha dicho varias veces que está bien con el del colegio. A la mierda con eso. Necesita lo mejor. Mi nene tiene grandes sueños, y quiero asegurarme de que tiene lo que necesita para hacerlos realidad.
Miro mi teléfono. No ha respondido.
Mirando su apartamento, veo que el pequeño conducto de la cocina no está humeando como de costumbre. Una oscura sensación se arremolina en mi estómago.
Abriendo mi puerta, camino hacia las escaleras y me acerco a la puerta principal. Llamo a la puerta. Y espero. Y espero un poco más. Nada se mueve dentro. No hay nadie en casa. Puedo sentirlo.
Girando, piso las escaleras y miro la casa de Baekho mientras la nieve se intensifica, los copos más gordos se unen a la ráfaga anterior. Saco mi teléfono.
Nene, ¿Dónde estás?
El Range Rover de Baekho se ha ido, y puedo ver huellas en la nieve fresca. Se fue en la última media hora, tal vez incluso quince minutos. Intento encontrar las huellas de Yoongi, pero no hay suficiente nieve para saber si se subió a su coche. No es que importe. Si no está aquí, está de camino a la escuela o quizás ya esté allí.
La ira se eleva dentro de mí como una marea, y salto a mi coche y hago un desordenado giro de tres puntos, asegurándome de rodar mis neumáticos en el perfecto paisaje de los Bradford como un completo imbécil. Pero eso es sólo el comienzo de lo que pretendo hacer si Baekho ha hecho daño a mi chico. No hay manera de que el vaya con él, no a menos que lo amenace.
El movimiento de la puerta lateral de la casa me llama la atención. Es la Sra. Bradford saludándome. Me echo para atrás y bajo la ventana. -¿Dónde está el? -
-¿Quién? - Ella sonríe, y puedo decir que ha invertido mucho tiempo en su maquillaje y su cabello. Su top de corte bajo da una clara visión de los bienes que usó para conseguir un anillo de bodas Bradford en su dedo, pero no tengo ningún interés en lo que tiene que ofrecer.
-Ya sabes quién- Yo sostengo su mirada.
-No sé por qué te interesan los chicos de tu edad. ¿Qué tienes, dieciocho años? - Se lame los labios demasiado rojos.