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Jungkook

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Jungkook

Salgo de la autopista y me dirijo a la entrada de los Bradford. No llego lejos cuando me detengo. El Range Rover blanco de Baekho está aparcado de lado al otro lado del camino.

Podría ir por ahí y joder su césped, pero tengo curiosidad por la mierda que Baekho pretende hacer en esta estupenda y fría mañana.

Apago el motor, abro la puerta, salgo y lo miro por la ventana. Él sale también, con la cara todavía magullada por mi puño. Bien.

-¿Al menos me has traído un café? - Meto mis manos en mi chaqueta de cuero mientras me subo. -Es temprano-

-Lo llevaré a la escuela esta mañana, para que puedas darte la vuelta e irte- También mete las manos en los bolsillos, pero sospecho que hay más en su chaqueta de North Face que pelusas de secadora. Tiene un cuchillo, tal vez incluso una pistola. No puedo estar seguro todavía. Pero sé con certeza que desea morir.

-Lo siento, campeón- Sacudo la cabeza. -Yoongi viene conmigo-

-Esto es de mi propiedad. Estás invadiendo- Va hacia mí.

No lo suficientemente cerca como para que yo lo deje en paz, pero lo está logrando.

-Soy un invitado - Me encojo de hombros.

-No. Tienes que irte-

-¿Le has contado esto a tu padre? - Me acerco, mi aliento sale en un soplo blanco. -Porque estoy bastante seguro de que diría que soy bienvenido aquí cuando me plazca-

-No te tengo miedo. Tu apellido no significa una mierda para mí-

-Mi apellido no es lo que te va a golpear en el maldito suelo si no mueves tu auto. Ese sería yo-

Sus ojos se abren un poco, pero no retrocede.

-Baekho - Miro a mi alrededor. -Tus chicos no están aquí para retenerme. Te sugiero que te subas a tu auto y te vayas-

-La abuela de Yoongi trabaja para mi familia. No para la tuya. Si ella pierde su trabajo, tendrían que mudarse. No podrían permitirse el lujo de enviarlo a Brightwood-

-¿Estás haciendo una amenaza? -

-Sólo declaro un hecho- El imbecil llorón sonríe. -Pero mira, quiero que se queden aquí. A sólo cincuenta metros de mí, sanos y salvos en ese apartamento sobre el garaje. Me gusta especialmente el hecho de que la ventana del dormitorio de Yoongi da a la casa. Hace que sea interesante verlo después de ducharse-

Y ahí es cuando me quiebro. Sacando mis manos de los bolsillos, avanzo sobre él. Pero él saca un arma de su abrigo, el cañón apuntando a mi cara.

Me detengo. -¿Qué carajo, Baekho? -

-He oído hablar de ustedes, Jeon. Papá me lo dijo. El único idioma que entiendes es este... - Sacude el arma. -Así que aquí está. Yoongi es mío. Ya no eres bienvenido aquí. Vete. Ya he llamado a la policía. Estarán aquí pronto. Y si no te has ido para entonces, te arrestarán por allanamiento de morada-

JeonsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora