× DIECINUEVE ×

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Los días pasan tan lentamente cuando no tienes nada que hacer.

El fin de semana se me ha hecho interminable aunque debe ser porque no he salido. Lo más difícil es compartir con Jisoo. Hablar de mi padre con ella me resulta incómodo. Por lo que buena parte del domingo me la pasé encerrado en mi habitación.

Lo que me resulta más triste es recordar todo el tiempo a Taehyung, las películas, los anuncios en la televisión incluso mi nariz ha deshinchado lo cual quiere decir que ya ha pasado bastante tiempo desde aquel día.

Los momentos felices y divertidos no se repetirán y por más que mire mi teléfono el no llamara pidiéndome perdón y diciéndome que todo está bien por el contrario se olvidara de mi tan rápido como canta el gallo y si alguna vez sucediera me recordara con rencor.

Me levanto de la cama a punto de llorar con el pensamiento de que no he podido quedar peor ante él y también porque no se que hacer con mi vida.

Debería ponerme a buscar trabajo.

Pero estos días me han dejado apático así que pienso volverme a meter a dormir.

—Jimin, abre la puerta, están tocando el timbre— grita Yoongi desde el baño.

—Abre tú, yo no estoy— digo envuelto cuál bolita.

—No puedo, Mini, estoy cagando— me responde él.

La gente con clase no hace esas cosas. Vuelvo a salir de la cama con menos ganas aún y todavía en estás fachas. Y seguro que es algún vendedor.

—Pensaba que serías capaz de no abrirle a tu propio sobrino, estaba empezando a perder la esperanza— me dice Namjoon cruzado de brazos en cuanto abro la puerta.

Me sorprende porque viene acompañado de mi padre y es la última persona a la cual podía esperar.

—Hola koalita— digo incómodo al no saber cómo recibirle a él.

—¿Podemos pasar?— me dice él y me hago a un lado.

—¿Qué haces tu aquí en un lunes por la mañana? ¿no tienes clases?— le preguntó siguiéndolos hasta el comedor.

—Si pero tenía visita al pediatra, ya sabes, cosas de niños— me dice sentándose en el sillón.

—Bueno, ¿A qué se debe su visita?— pregunto inquieto sentándome junto a ellos.

—No sabía que debía tener un motivo para visitar a mi hijo— me dice mi padre.

—No... Bueno, pero después de... Tu sabes...— digo nervioso y es que no quiero decir nada delante de Namjoon.

—Puedes hablar delante de Nam, no me avergüenzo de enamorarme de Jisoo, es alguien muy especial— contesta leyéndome el pensamiento —Queria contártelo, le dije a Hoseok que me llamaras pero no lo hiciste.

—¿Cuánto tiempo llevas con ella?

—Muy poco en realidad, la conocí en el café en el que trabaja, quería saber de ti y al hablar simplemente todo surgió...

—Lo siento papá, supongo que te he tenido descuidado pero me ha pasado algo horrible, que más da, ya no importa, perdóname tú, Namjoonie. Siento haberme perdido tu recital— le digo al cachorro sintiéndome mal.

—Sabemos lo que ha pasado tío Minie, la abuela nos lo ha dicho, no pidas perdon— dice mi bebé y me abraza, ese gesto tan dulce causa que me ponga a llorar.

Por primera vez en todos estos días, son lágrimas de alivio al deshacer estos nudos que tenía con mi cachorro y mi padre.
Agradezco que ambos estén aquí.

SERENDIPITY'S BEAUTY • [VMIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora