CAPÍTULO 20

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—No quiero que seas mi novia —exclama Lucían con total seguridad y tranquilidad

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—No quiero que seas mi novia —exclama Lucían con total seguridad y tranquilidad. 

¡¿Qué?! ¿A qué viene eso? Acababa de decirme hace menos de dos días lo que sentía por mí y ahora... ¿Esto? Sí, definitivamente Lucian es un bipolar insensible.

—No me mires así. —Me mira a los ojos con una expresión de incomodidad—Me refiero a que... estoy consciente de que no me comporté de la mejor manera contigo... —Guarda silencio un momento y luego da un suspiro—. Necesito realmente demostrarte que no pienso todo lo que dije... —Pone su mano sobre la mía sin dejar de mirarme.

Sin duda me toma por sorpresa, pero me doy cuenta que está siendo sincero por la expresión que tiene en el rostro.

Quiero abrazarlo, realmente quiero hacerlo, pero me contengo.

—Yo te creo —le confirmo con toda certeza—. No tienes que demostr...

—Tengo y quiero hacerlo. —Quita su mano de la mía e involuntariamente miro mi mano sin el calor de la suya.

—Quiero... —trata de aclararse la garganta—. Quiero mostrarte lo que realmente siento. Quiero que me conozcas.

—Ya te conozco —lo digo como chiste irónico, pero él no sonríe ni un poco, solo se acerca ligeramente a mí con la mirada más intensa y me pone su mano en la mejilla.

—Quiero que me conozcas de la forma en la que nadie más lo hace... —susurra. Me quedo en shock un momento, pero justo en el momento que voy a responder algo, él mira detrás de mí y se aleja— Llegó tu autobús —avisa.

—Sí... —Sonrío lentamente al mismo tiempo que me pongo sería de golpe—. ¿Qué? ¡¿Qué?! —Parpadeo un par de veces.

Miro hasta atrás y veo que todas las personas están subiendo al autobús, sorprendiéndome, porque en ningún momento me di cuenta cuando las personas empezaron a llegar, así que me levanto por instinto para caminar al autobús.

Es justo cuando voy a dar un paso para correr que siento la mano de Lucian tomar la mía, haciéndome voltear nuevamente hacia él.

Con la mano que tiene libre toma mi cintura para aminorar la distancia que nos separa, me mira un momento a los ojos, mientras muerde con sutileza su labio inferior. Suelta mi mano y lleva la suya hasta mi cabello, para acomodarlo detrás de mi oreja y lentamente se acerca, hasta que puedo sentir su respiración rozando la piel de mi cuello.

—El sábado al medio día pasaré por ti a tu casa. Tengamos una cita... —titubea, con un tono que me parece que alguien lo obliga a decirlo, pero no me importa porque mi emoción es más fuerte. 

—El sábado... Nuestra primera cita...—murmuro como hipnotizada y al mismo tiempo salgo de hechizo cuando escucho el claxon del autobús, así que me separo de él—. Bueno, adiós. —Me subo casi corriendo al autobús, apenas recordando cómo se respira.

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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El Chico De La Parada De Autobuses (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora