MINE
Huir.
Esa palabra ya no figuraba en ninguna de sus opciones, lo sabía desde el primer momento en que le arrojó una telaraña en la cara a Miguel, además de patearlo para ayudar a Miles, así regresaría a casa.
Pero, ¿A qué costo?
— ¡No puedo dejarte! — el moreno le gritó desde dentro de la máquina, con miedo— ¡Miguel va a matarte!
La fémina le sonrió, tratando de tranquilizarlo, para después presionar el botón para que la última fase del escape estuviera completa, tenía raspones en el rostro y el labio roto. Estaba seguro que lo pasaría horrible después, y el cargo de conciencia era enorme.
— Ten un buen viaje, Miles.
Al final, el menor solo observo una sonrisa triste en la más grande, despues aquellos destellos de colores lo transportaron a su universo. Miguel desenfrenado trató de detener dicha máquina, siendo su esfuerzo en vano gracias a la fémina que ahora estaba sin salida a unos cuántos metros de él.
La sala repleta de spiders se quedó en completo silencio, con la gran mayoría de miradas en ella, las cuales solo reflejaban culpa y temor por lo que pasaría después.
Un golpe adormecedor estampó su estómago y gran parte de sus costillas, obligándola a caer al suelo, tociendo, escupiendo entre saliva, sangre y aire que salía sin control de sus pulmones. Una patada la envió lejos de su lugar inicial, dejándola frente a los demás de la sede, quienes retrocedieron al ver al mexicano tan enojado.
Con los ojos carmesí brillando, las garras y colmillos fuera.
Lo habían visto enojado, pero aquello simplemente era otro nivel, uno que ya había escalado demasiado, parecía que nada podría calmarlo.
— ¡Solo tenía qué escuchar!, ¿¡Por qué no escuchó?! — furioso, gritó, dándole la espalda a todo el mundo.
— ¡Tal vez no le gritaste lo suficiente!
Los ojos de la ahora traidora se posaron en la rubia, tratando de respirar profundo negó rápidamente cuando la menor conectó su vista.
— Gwen, no te metas — con dificultad articuló, poniéndose de pie lentamente. Miguel se apresuróna la rubia, tirándole de nuevo el el proceso.
Rodó los ojos desde el suelo, adolorida.
Peter B, intentó acercarse a la fémina quien luchaba por volver a ponerse de pie, la furia de Miguel volvió a desatarse, el adulto sólo atinó por cubrir el rostro de su hija, y voltear lentamente con los ojos bien abiertos a los spiders detrás de él.
La rubia le miró, con pena, para después volver la vista al imponente hombre frente a ella.
— Te enviaré a casa.
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𝐌𝐈𝐍𝐄 | 𝐌𝐈𝐆𝐔𝐄𝐋 𝐎'𝐇𝐀𝐑𝐀
Hayran Kurgu𝙌𝙐É 𝙈𝘼𝙍𝘼𝙑𝙄𝙇𝙇𝘼 ¿Qué más ocultas debajo de este traje? Tal vez las intenciones de vigiliar más de "cerca" a quién había ayudado a escapar a Miles, tenía otras intenciones. 𝐌𝐈𝐍𝐄 | 𝐌𝐈𝐆𝐔𝐄𝐋 𝐎'𝐇𝐀𝐑𝐀 🥇 #36 - Universo 🥇 #46 - Unive...