Las palabras que había dicho Carrera habían quedado en el aire, el silencio aún invadiendo el departamento a pesar de que sabían perfectamente que ese era el momento en el que tenían que hablar las cosas. Ninguno de los dos sabía cómo empezar con esa conversación. Era todo muy incómodo.
– ¿Y? ¿No vas a decir nada? – preguntó Carre finalmente, otra vez él primero, después de esperar que Spreen dijera algo.
– No sé qué decir boludo – todavía no habían dicho nada y ya se moría de vergüenza.
– Bueno después de lo que pasó anoche algo que decir me imagino que tenemos – sus palabras hicieron que la vergüenza invadiera todavía más a Spreen, que automáticamente se cubrió el rosto con las manos.
– Dios que vergüenza – dijo detrás de sus manos.
– ¿Te arrepentís de lo que pasó? – hizo la pregunta de lo primero que quería saber desde que se había despertado en su cama, más ahora que veía al pelinegro así de avergonzado.
– No – apenas se logró escuchar su respuesta de lo bajito que habló, sin embargo eso fue suficiente para que el castaño se sintiera aliviado. – No es eso, me da vergüenza hablar esto con vos – dijo ahora sí mirándolo.
– Pero cogiste conmigo con quién querés hablar – Spreen se puso totalmente rojo al instante.
– Pará hijo de puta, ¿hace falta que lo digas tan así? – Carre rio un poco ante eso.
– Y... las cosas como son amigo – se encogió de hombros, quería dejar de darle vueltas ya al tema sin decir nada.
– ¿Vos te arrepentís? – se animó Spreen a preguntar después de reponerse del momento de recién.
– Al fin empezamos a hablar en serio – eso es a lo que había querido llegar desde el principio. – No, no me arrepiento. La pasamos bien ¿no? No habría nada de lo que arrepentirse – lo más importante para él era que le quedara claro que nada de lo que había pasado estaba mal, que Spreen llegara a pensar eso era lo único que le preocupaba (más bien hasta asustaba).
– Sí – respondió aún cohibido, sin explayarse más que eso. – ¿Está todo bien entre nosotros entonces?
– De mi parte todo piola – volvió a encogerse de hombros, restándole importancia a lo que había sucedido que parecía preocupar tanto a Spreen. No porque no le importara, sino porque realmente para él no cambiaba nada entre ellos.
– ¿Sigue todo como siempre entre nosotros? – le había costado mucho comenzar esa conversación porque no era una persona a la que se le diera fácil expresarse, pero si hay algo por lo que quería tener esa charla era para asegurarse que lo que había pasado entre ellos la noche anterior no arruinaría su amistad, quería demasiado a Carre como para que eso pasara.
– Obvio amigo – sonrió algo enternecido, lo conocía muy bien. – No se qué mambo tendrás en la cabeza ahora, pero está todo bien. Estábamos en pedo, una cosa llevó a la otra y bueno que sé yo, la pasamos bien un rato. No me parece para tanto.
– ¿El mambo de haberme cogido a mi mejor amigo te parece poco? – decir esas palabras en voz alta habían hecho todo más real, y la sangre viajó inmediatamente de nuevo a su rostro, enrojeciendo sus cachetes otra vez al recordar la noche anterior. – Que sé yo, no es algo que haga normalmente, menos...
No completó la frase, la dejó en el aire y Carre entendió perfectamente a qué se refería.
– Menos con un amigo hombre – completó. – ¿Eso ibas a decir, no?
– Sí – habló con cuidado. – Pero no quiero ofenderte ni nada, solamente que yo nunca... – de nuevo dejó a la mitad lo que quería decir.
– Vos nunca habías estado con un pibe – otra vez dijo exactamente lo que estaba en su mente y no se había atrevido a decir. – Y no me ofendés, tranqui – hablaba tan relajado que hasta parecía tener todo más procesado que Spreen, que recién estaba empezando a intentar asimilar lo que había ocurrido, aunque todavía no caía del todo sobre lo que habían hecho. – Yo tampoco en realidad, había chapado con alguno alguna vez pero hasta ahí.
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Poca Luz | Spreen x Carrera
FanfictionUna noche en la Bresh termina de manera inesperada, volviéndose algo recurrente y transformando la relación de Carre y Spreen en algo confuso. [historia basada en la canción Poka Luz]