X. Sos un lío

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Las noches que tanto disfrutaban juntos sólo podían terminar de una manera, con los dos totalmente agotados, cayendo completamente rendidos y durmiendo profundamente durante horas. Era lo más normal que después de una buena noche le siguiera una buena noche de sueño, más con el cansancio de ser un día de semana y no un sábado como cualquier otra vez.

Tan profundo era, que cuando Carre se despertó estaba un poco desorientado de dónde estaba al principio hasta que cayó al ver la habitación a su alrededor, su cabeza llenándose de imágenes de lo que había sucedido, haciéndole recordar perfectamente la noche anterior mientras se giraba a ver al pelinegro dormido del otro lado de la cama.

Llevaba ya un buen rato así, despierto, haciendo absolutamente nada más que mirar a su amigo dormir a su lado. No podía creer que fuera tan lindo absolutamente todo en él incluso así, despeinado y completamente dormido.

De repente, de tanto mirar su rostro, sintió un repentino impulso que no pudo evitar seguir.

Spreen estaba profundamente dormido hasta que comenzó a sentir suaves roces sobre la piel de su rostro, justo cuando apenas empezó a dejar el sueño para adentrarse en la consciencia. No tardó mucho más que un segundo en darse cuenta de que lo que sentía eran labios dejando pequeños besos esparcidos por diferentes partes de su cara.

El pelinegro, todavía tan domrido, en ese estado de limbo en el que no estás ni dormido ni despierto y no podés distinguir entre lo que es o no real, no era capaz de darse cuenta si lo que estaba sintiendo era parte de un sueño o si efectivamente era real.

– ¿Qué hacés? – preguntó con los ojos todavía cerrados y la voz de dormido completamente ronca por lo seca que tenía la garganta después de tantas horas en silencio.

El corazón de Carre se detuvo en el instante en el que lo escuchó hablar.

No sabía muy bien por qué había sentido ese repentino impulso estúpido de besar el pequeño lunar que Spreen tenía junto a su ojo, pero se había acercado lentamente al rostro contrario, recorriéndolo con sus ojos que lo miraban con admiración y ternura, posándose específicamente en ese punto hasta que posó suavemente sus labios sobre él. Y hacerlo lo llevó a dejar un beso sobre otro lunar ubicado en su frente cuando se alejó apenas unos centímetros antes de volver a acercarse, y luego a otro, y a otro, y ya no había podido detenerse de dejar besitos delicados por todo su rostro. Había sentido el impulso y lo había seguido aprovechando que estaba dormido, no pensó que se despertaría.

– Nada – respondió rápidamente y se alejó al instante. – Me tengo que ir ya, hoy tengo unas cosas de laburo que hacer, justo me acerqué a despertarte para avisarte.

El castaño soltó esas palabras y ni siquiera lo dejó procesar nada que ya se había levantado, se vistió rápido y se fue, apenas soltando un "chau amigo, nos vemos" desde la puerta de la habitación antes de bajar las escaleras y cerrar la puerta principal detrás suyo.

Cuando Spreen finalmente logró despertarse y despejarse lo suficiente como para levantarse a hacerse un café y a comer algo su cabeza empezó a maquinar mientras estaba sentado en la mesa del living con su desayuno. No podía dejar de darle vueltas a lo que pasó esa mañana, no lograba entender si los besos que sintió fueron reales o era algo que simplemente su mente había imaginado por alguna razón. Fue todo tan raro y tan rápido que no había podido procesar nada.

Mientras tanto, Carre se quedó sentado en su auto mirando a la nada en cuanto entró después de salir del edificio de Spreen. Lo que él no podía entender era por qué hizo eso, por qué apareció ese impulso, y más que nada por qué lo siguió sin siquiera intentar detenerlo. Era un imbécil. Sólo le quedaba rogar que Spreen no se alejara por la estupidez que se había mandado, porque sabía que ser cariñoso de esa manera no era normal para ninguna amistad, por mucho que él fuera una persona que expresara su cariño así, y mucho menos cuando era una amistad que involucraba sexo y la línea que dividía las cosas era demasiado fina como para que todo pudiera arruinarse muy fácilmente.

Poca Luz | Spreen x CarreraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora