«He conocido la perdición en aquella piel y encontrado la salvación al reflejarme en esos ojos».
- Anne Leblanc.
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"No estoy hablando del destino. Yo no creo en el destino, ni en las almas gemelas, ni en lo sobrenatural. Lo que quiero decir es que nos comprendíamos el uno al otro. Totalmente." – Éramos mentirosos, E. Lockhart.
Canción sugerida: Issues - Julia Michaels.
Demetria.
Quería maldecir.
Apenas podía mantenerme quieta.
Realmente estaba furiosa con ella, pero no podía demostrarlo. No podía por ningún motivo dejarle ver que me quemaba el pecho el simple hecho de que ella estuviera interesada en Nina. Tan solo con pensar que saldría con ella y la trataría con esa amabilidad y cariño que la caracterizaba podía sentir la sangre hirviendo en mi cuerpo. No quería que tratara a Nina como me trataba a mí antes de que nos distanciáramos.
Odiaba no poder sentirla mía porque no era mía. No poder reclamarle estaba fragmentándome. Deseaba con todas las fuerzas de mi mísero ser poder tomarla por la cintura y decirle mirándola a los ojos que odiaba la idea de que alguien más pusiera sus manos sobre ella, de que alguien más pudiera abrazarla o hacerla sonreír. Aquello estaba realmente matándome.
Había perdido completamente la razón y la calma con su invitación a Nina. ¿Por qué lo hacía? ¿Qué propósito tiene? ¡No me gusta nada de eso! Y no puedo ocultarlo.
Sin embargo, a pesar de todo traté de mantener mi tono de voz en un tono de serenidad que no poseía. – Contéstame – le dije más mordaz de lo que pretendía fallando de forma épica.
Escuché un silencio que me pareció eterno. – Quise invitarla, me parece que ella debe comenzar a vivir experiencias acordes a su edad y mi tío no le da mucha libertad así que yo voy a ser su puente para el mundo exterior – explico como si nada.
Respire hondo. – Y, ¿No crees que ella malinterprete ese puente como una propuesta de intenciones sentimentales? – la cuestiono -. Eso sonó más a una cita que a una salida de primas, Annabelle.
La escucho reírse bajito lo que hace que hasta mi piel arda de ira. – La verdad no entiendo a qué viene está llamada y el reclamo – me habla con dureza -. No deberías estar molesta o preocuparte en absoluto por el bienestar de Nina, porque yo soy la más interesada en que esté bien. Por eso mismo pienso estar a su lado todo el tiempo para que viva cosas distintas a lo que ya conoce – me explica.
– Nina es joven inexperta – digo sin pensar -, puede malinterpretar tus acciones.
Sabía que iba a molestarse. Annabelle era una persona de acción - reacción, conocía su carácter y cuando algo no le parecía lo expresaba de una forma algo brusca, pero quería que supiera lo que yo pensaba, también que estaba en desacuerdo con esa tontería suya de mostrarle el mundo real a Nina.
La chillona podía malinterpretar la situación y eso no me parecía para nada. – La única que lo malinterpreta eres tú – me acusa -. Ves todo como si yo tuviese segundas intenciones, cosas ocultas y no es de esa forma. No se necesita ninguna experiencia para ir a cenar.
