«He conocido la perdición en aquella piel y encontrado la salvación al reflejarme en esos ojos».
- Anne Leblanc.
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"Quiero un año de segundos y minutos contigo. Quiero una década de horas, tantas que no puedo sumarlas". - Jennifer L. Armentrout.
Canción sugerida: I Can't Lose You - Isak Danielson.
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Narrador Omnisciente.
El rostro de Carla se iluminó al instante, como el cielo que se tiñe de luz en el amanecer, al ver a Demetria aparecer en la pantalla. No le importó que ya fueran casi las diez de la noche en Madrid ni que apenas unos minutos antes hubiera discutido con Julia. La conversación con su hermana se había tensado después de que Carla le confesara que su novia no estaba trabajando en Estados Unidos como le había hecho creer, sino que había regresado con su familia política para apoyar a su ex amante tras haber sido secuestrada.
La situación, por sí sola, era un nudo difícil de desatar, pero en ese momento Carla no quería pensar en eso. Solo deseaba disfrutar de una charla agradable con la persona que quería y recordarle por qué había elegido estar a su lado, a pesar de las circunstancias.
-Hola, pequeña -saludó Carla, con una calidez en la voz que no había mostrado en días.
Del otro lado, Demetria sonrió y se acomodó en la cama, recostándose sobre las almohadas con un gesto tranquilo. El cansancio de las últimas semanas parecía suavizado en su expresión, como si solo la presencia de Carla lograra arrancarle ese peso de encima.
-Corazón -respondió Demetria, con un tono familiar y afectuoso que resonó en la habitación.
Lo primero que notó al mirar a Carla fue cómo la luz cálida de la lámpara resaltaba sus delicadas facciones. La sonrisa que tenía dibujada en los labios, más relajada y auténtica que en ocasiones anteriores, la hacía verse más radiante que de costumbre, como si algo en ella brillara desde adentro.
-Eres deslumbrante -dijo Demetria en voz alta, sin poder guardarse el pensamiento.
Carla esbozó una sonrisa más amplia, como si las palabras de su novia hubieran logrado exactamente lo que necesitaban. Sus ojos la recorrieron con detenimiento a través de la pantalla. Demetria estaba tendida en la cama, y los rayos del sol de la tarde se filtraban por la ventana, dándole un brillo especial a su cabello oscuro. Había algo en esa imagen, en la intimidad de la escena, que la hacía sentir como si, a pesar de la distancia, estuvieran mucho más cerca.
-Oh, no me hagas hablar... temo que mis hermanos terminen organizando una protesta en mi contra por todo lo que hablo de ti -bromeó Carla, dejando escapar una pequeña risa que le iluminaba los ojos.
Demetria la observó un segundo antes de responder, como si quisiera grabar cada gesto de su rostro. -Yo también te he extrañado, corazón -respondió en francés, su voz baja, seductora, en un tono que provocó un escalofrío en Carla, agitando algo en su interior.
