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El resto del día no mejoraba para Jeongin.

Durante el receso, había hablado con Changbin en lugar de con Felix y había tenido que ver desde lejos la sospecha cercanía del omega con su alfa, estando tan distraído que ni siquiera se dio cuenta de cuando Changbin le devolvió el móvil, que había caído al suelo. Después Felix se había acercado para hablar con él como si no se hubiera pasado el día sobeteando a Minho y Jeongin no podía soportarlo, así que tal vez había sido un poco borde con él. Había continuado ignorando todo a su alrededor hasta que el timbre de la última hora sonó y empezaron los preparativos para la reunión con los padres.

Pero eso, contra todo pronóstico, no lo acercaba para nada a su alfa: mientras recogía sillas veía cómo Felix se apoyaba en el brazo de Minho más de lo necesario y cómo se acercaba a su rostro. Innecesariamente cerca, pensaba. Mío.

De todos modos, Jeongin estaba convencido de que ese omega era idiota si creía que le iba a robar a su alfa, y mucho más si creía que Minho iba a prestarle un poco de atención. Jeongin era el que llevaba su marca, era en Jeongin en quien anudaba, ¡su corazón sólo se aceleraba por Jeongin! Y bien estaba seguro el omega que Minho nunca tendría ojos para otra persona, y menos ahora. Cuando naciera su amado cachorrito, ya vería ese omega inútil lo mucho que lo amaba a Minho. ¡Ja!

Espera, ¿cachorrito? Sacudió la cabeza y vio la escena de nuevo, esta vez sólo observó a dos amigos ayudarse entre ellos. Siguió sintiendo el impulso de gruñir, pero ya estaba tranquilo. Por la Luna, necesitaba hacerse con un test de embarazo lo antes posible y no iba a esperar al siguiente impulso de tirar su dignidad.

Además, en la reunión de padres habría un montón de alfas, omegas y betas que iban a acercarse a Minho de igual manera, y Jeongin no estaba seguro de poder responder todas las preguntas (seguramente estúpidas) de los adultos y a la vez mantener a raya a su estúpido, posesivo e irracional omega. Tenía que hacerse un test ya. Dejó las sillas sin mucho cuidado y se acercó a donde estaban Minho y Felix.

—Alfa —llamó, y se riñó mentalmente por su intento de marcar territorio—. Me encuentro mal, me voy a casa.

Ambos Lee lo miraban desconcertados. Felix seguramente preguntándose qué le pasaba, y Minho parcialmente extrañado por el apelativo y parcialmente preocupado, como le hacía saber la ligera tirantez en su cuello.

—¿Qué? ¿Estás bien? ¿Te duele algo? —Empezó a preguntar rápidamente Minho.

—¿Quieres que te traiga algo de la sala de profesores? —Se sumó Felix mirándolo con preocupación, y Jeongin se sintió mal por haberle tratado feo.

—No, muchas gracias pero en serio que necesito irme —respondió, sin saber muy bien cómo explicarse—. Estoy un poco sensible hoy y no me encuentro bien, tal vez sea por el celo.

La excusa pareció convencer a Felix, pero no a Minho. Minho nunca era tan fácil de convencer.

—Si es por el celo tal vez deba ir contigo, ¿y si cambiamos la reunión de día?

—No, no vengas —respondió consumido por el pánico, no se iba a hacer un test delante del alfa. Él ya estaba ilusionado (muy probablemente por nada) pero no iba a arrastrar a Minho a la decepción—. Siento dejaros así con la reunión, pero en serio que necesito estar solo. ¿Podríais perdonármelo solo por esta vez...?

Changbin llegó en ese momento con más sillas, parándose a su lado.

—¿Qué ocurre?

—Jeongin no se siente bien —respondió Minho—, así que va a irse a casa. No te importa, ¿verdad?

Changbin pareció desconcertado, pero enseguida miró a Jeongin, ofreciéndole una silla.

—No, claro que no —respondió— ¿Te mareas? ¿Quieres sentarte? A lo mejor te sientes mejor después de estar sentado. ¿Quieres quedarte un rato a ver?

—No, gracias pero...

—La otra opción siempre es cambiar la reunión de día —cortó Felix. Eso bastó para disuadir a Changbin.

—¿¡Estás loco!? ¿¡Quieres que los padres nos acuchillen por hacerles venir hasta aquí y mandarlos de vuelta!?

—Psst, soy el profesor favorito de sus hijos, en todo caso te acuchillarían a ti.

—¿¡Eso a qué viene!?

Mientras Changbin y Felix discutían, Minho se acercó a su pareja y le besó en la frente.

—Sea lo que sea, sabes que estoy para ti, ¿verdad?

—Lo sé —respondió Jeongin, abrazándole y casi derritiéndose en sus brazos—. Siento dejarte tirado.

—Estaré bien, estos dos me llevarán a casa después —repuso Minho, mirando brevemente a Changbin y a Felix—. Me preocupas tú.

Jeongin se mordió el labio, separándose de su abrazo.

—Te amo, Min —dijo solamente, regalándole la mejor de sus sonrisas—. Te veré en casa.

—Te amo —correspondió Lee, recibiendo un beso en la mejilla antes de que el omega saliera de la habitación.

Es hora de averiguar la verdad, se dijo caminando con paso firme hacia el aparcamiento. Es hora de saber si de verdad eres real, mi cachorrito.

Santa told me [minjeong]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora