Santa told me [minjeong]

26

A la mañana siguiente, Jeongin se despertó de muy buen humor, sin dejar que las náuseas ni las ganas aplastantes que tenía de pegarse a Minho como una lapa convirtieran su cabeza en el cóctel de ideas difusas en el que había estado encerrado los últimos días. Casi disfrutaba de todos esos síntomas, dejando de interpretarlas con terror y tomándolas como señales de que por fin iba a tener un cachorro con la persona que más amaba en el mundo. No podía esperar a decírselo a Minho, apenas creía ser capaz de seguir su plan—seguramente se emocionaría y se lo contaría dejando de lado sus primeras intenciones.

Minho, por otro lado, estaba más que confuso (pero muy aliviado) por la felicidad de su omega. Le encantaba que su aroma, aún exageradamente dulce, irradiara alegría y que cantara y sonriera y bromeara por fin, pero a la vez se sentía perdido. Había algo más, podía sentirlo, estaba pasando algo más que se le escapaba y que Jeongin aún no le contaba. Claro que iba a confiar en su pareja y en que este le diría cuando estuviera listo, pero no podía evitar perder la paciencia, más cuando sospechaba de que Seungmin sí estaba al tanto del misterioso "secreto" de Jeongin.

—¿Vienes a la sala? —Preguntó Minho cuando sonó la campana del receso y se encontraron en la puerta del aula del alfa—. Vamos a organizar la tarde y a tomar café en la sala todos juntos.

Jeongin negó, sonriendo.

—No, tengo que ir al baño primero —se excusó sonriendo, apretando la carpeta contra su pecho—. Ahora voy.

El alfa pareció escéptico aunque se mantuvo en silencio, por lo que Jeongin le besó en la mejilla y le sonrió otra vez, rociándole con sus lilas para hacerle saber que todo estaba bien. Minho le sonrió de vuelta, embobado.

—Está bien —le besó en los labios—. Ahora te veo.

El omega sonrió una última vez y se alejó en dirección al baño, girándose para asegurarse de que Minho entraba en la sala de profesores y luego correr hacia el, en ese momento vacío, salón de actos.

Al principio no sabía cómo hacerlo, pero Seungmin le dio una idea que le pareció original y una buena forma de aprovecharse de la horrorosa función. Había escrito una carta en un sobre rojo, como si la hubiera mandado Papá Noel. Y en ella, había escrito un mensaje muy sencillo pero fácilmente reconocible. La carta iba dirigida 'al mejor alfa que un omega pudiera desear', y teniendo en cuenta que Jeongin y Minho eran la única pareja en el claustro de profesores, estaba totalmente seguro de que la carta la leería él.

La dejó sobre los regalos de cartón, que Hyunjin y Minho habían terminado la tarde anterior, y después salió apresuradamente sin dejar indicios de su presencia.

—Lo conseguimos —susurró hacia su vientre, aunque su bebé no pudiera oírle —. Ahora sólo hay que esperar a que tu papá lo lea y alucine.

Minutos después, Jeongin entró a la sala de profesores como si no hubiera pasado nada, y luego bebió un vaso de chocolate caliente, acomodándose al lado de Minho amorosamente. Seungmin le miró con una ceja alzada, escribiendo en su teléfono, y Jeongin sintió su móvil vibrar en el bolsillo segundos después.

Cómo les va el día/la tarde/la noche?