Capítulo 2

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Mihail

De camino a la estación tengo varios impulsos de decirle al taxista que de la vuelta, que mi hogar se ha quedado atrás.

Pero no lo hago, oprimo ese sentimiento con la idea de que es lo mejor para ambos.

Como un intento desesperado por intentar matar el pensamiento de que soy culpable de haberla dejado allí así.

Y lo soy, pero no podía solo hacer de cuentas que ya no la quería como ella esperaba, o como ella merecía.

Yo ya no era suficiente y es por eso que seguía teniendo el anillo con el que le pediría matrimonio guardado tras haber pasado dos meses pensando en si dárselo o no.

Ella merece a alguien que la quiera como ella pide, a alguien que la ame por completo y yo los últimos meses no lo hacía.

Tal vez porque había conocido a alguien, o solo porque ya me había cansado.

Me duele pensar eso porque ella era la mujer de mi vida, pero tal vez me cansé, de ver su cara por las manañas, de compartir todo con ella, de que siempre fuese ella.

Llego a la estación de tren y mientras espero a que el tren llegue me derrumbo en el baño.

Lloro de impotencia al no saber que quiero o necesito, al no saber que espero de ella ahora.

Todos los recuerdos de aquellos cuatro años me atormentan y se que lo harán en cuanto entre a cualquier red social, pues no puedo evitar que no me salga la primera.

Borro fotos, borro vídeos, borro cualquier cosa que me recuerde a ella, y salgo dispuesto a empezar de cero en Madrid.

Tras dos horas de viaje estoy nuevamente en Madrid y se me hace raro volver.

Mi piso sigue exactamente igual, y nada más entrar no puedo evitar recordar su carita cuando se enteró de que jamás lo había vendido.

Pues ella pensaba que jamás regresaría solo, y aquí estoy, solo, sintiéndome la mierda más asquerosamente sola de la historia.







" Una persona puede sentirse sola, aún
Cuando mucha gente la quería"

~Ana Frank

~Tú, solo tú~ MISHO AMOLI (VOL.1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora