°Entre Dragones y Torres ° Parte 22: La Promesa De Rhaenys

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°Entre Dragones y Torres °

Parte 22: La Promesa De Rhaenys

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En la habitación de la princesa se encontraban Ildy y Olga ayudándola a atarse el vestido de novia mientras hablaban y la elogiaban fascinadas por el vestido el resto de sirvientas sonreían memorizando la escena frente a ellas, las más jóvenes suspiraban imaginando como sería estar en la situación de la princesa.

-¡Es un vestido hermoso su majestad!

- Las sedas son tan suaves majestad

- Bellamente hecho su alteza.

- ¡Se ve hermosa mi princesa! ¡Sir Harwin no podrá dejar de verla!

- Es la más bella mi señora, le deseo felicidad y fortuna.

Todas actuaban como si fuera la primera vez que la princesa contraía nupcias, pero Rhaenyra sabía que estas mujeres que la rodeaban eran sus más fieles sirvientas y doncellas y que lo único que deseaban era que ella fuera feliz. Y eso alegraba inmensamente a Rhaenyra.

-Está listo su alteza.- sonrió Ildy orgullosa de lo hermosa que era su señora y le hizo una seña de que podía mirarse.

Rhaenyra les sonrió nerviosa mientras se giraba al espejo sus ojos se abrieron maravillados al ver su reflejo.

-Mis dioses...Estoy... ¡Me veo hermosa!

- ¡Usted es muy hermosa su majestad!

- ¡Y ese vestido parece hecho por los dioses!

- Digno de una reina su alteza.

Si, su vestido era hermoso y único muy diferente al que usará una vez en su boda con Laenor este vestido era una pieza especial y estaba hecho pensando en las personas más importantes de su vida, los diferentes tonos azules se mesclaban y abrazaban su silueta manteniéndola hermosa y efímera y mostrando los dos lado de la familia de la que venía, aunque en sus hombros había detalles de escamas haciendo alusión a la casa Targaryen. Rhaenyra deseaba tener algo que representará a su madre la extrañaba demasiado y no habia día en el que no deseará tenerla con ella y hoy más que nunca necesitaba sentirla cerca por lo que pidió a los sastres que usaran viejas prendas de su madre que tuvieran los colores de la casa Arryn.

Pero los Arryn no eran los unicos representados en su vestido.

En la parte baja del vestido había pequeñas perlas entretejidas formando eslabones y dándole un brillo único en representación de los Velaryon. Laenor era una persona muy especial en su vida no solo le había ofrecido su amistad sino que también se había vuelto su pilar, su apoyo y Rhaenyra no tenía como pagarle el cariño que le demostraba a ella y a los niños, todo lo que perdió todo a lo que renuncio, tener algo que lo representará en este momento era una muestra de cuánto lo apreciaba.

Pero además de su madre y Laenor había otra personita en la cual inspiró su vestido de novia.

En los últimos meses se había unido mucho a sus hermanos menores, especialmente a Helaena, su dulce hermana, la pequeña niña soñadora que solo hablaba de arañas y dragones de sueños que nadie podría creer y con palabras tan curiosas como ella misma. La niña solía referirse a ella como dragón dorado y cada vez que lo decía su rostro se iluminaba y se emocionaba por lo que decidió volverse ese dragón que su hermana tanto adoraba, aunque no del color dorado como la niña tanto mencionaba, sino que había pedido que los sastres se inspiran en Dreamfyre, el dragón que su hermanita había decidido domar pese a aún no hacerlo y pidió que agregaran los colores Arryn y las perlas Velaryon al conjunto, además en secreto le había pedido un vestido similar a la niña el cual esperaba que usará durante el banquete y sinceramente esperaba que a Helaena le gustara y aunque deseaba hacer más por ellos había algunas cosas que no podría darles.

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