°Entre Dragónes y Torres°

°Entre Dragones y Torres° Parte 2: Rhaenyra

°Entre Dragones y Torres°

Parte 2: Rhaenyra

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Terca, obstinada y mimada.

Así es como Otto describía a la princesa Rhaenyra, una niña terca y mimada por muchos pero en secreto Otto sabía que la niña era más que eso, era fuerte, inteligente y muy amable sonreía por todo y a todos, encantaba hasta el más duro de los hombres y Otto adoraba ese tierno parecido con su madre, Rhaenyra imitaba a Aemma en todas las cosas, desde sus gestos hasta sus manías y era algo que el hombre encontraba entrañable aún si había días en los que quería ahorcar a la mocosa. Pero entonces ocurría que ella llegaría junto a Alicent a las salas de reuniones y repartiría coronas mal hechas de flores para los Lores, la primera vez que lo hizo ninguno de ellos supo que hacer por suerte Aemma estaba presente y sus risas rompieron la tensión del momento.

- Nyra cariño ¿Porque traes esas flores?

- Papá dijo que estaba buscando una forma de reconocimiento a los hombres que le servían, así que hice coronas para todos, todos los hombre siempre quieren coronas para que los reconozcan.

Aemma se había partido de la risa ante la vergüenza de su esposo algo que había hechizado a Otto, verla tan alegre por un momento tan insignificante lo hizo hacer algo inimaginable.

- Sería un honor ser coronado por usted princesa.

La niña había saltado de la felicidad y le había dado una corona curiosamente hecha con con flores rojas y enredaderas de un intenso verde. Para Otto fue una humillación dejarse "coronar" por una mocosa... Pero más tarde en la seguridad de sus aposentos Otto miraría la corona y recordaría la sonrisa tierna que Aemma les dedico a los 2 y se permitiría soñar que ambas eran suyas, su familia.

Pero ahora viendo que no solo fallo en debilitar a los Targaryen dejando a un heredero vivo si no que además incentivo una unión entre su hija y la princesa que podría costarles todo a causa de su debilidad por Aemma... Al menos Rhaenyra como Beta tenía muchos fallos a favor.

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Hermosa, indómita y terca.

Así es como Alicent describiría a la princesa Rhaenyra Targaryen. Habiendo compartido cuna y creciendo tan unidas como eran le era imposible a Alicent no haberse enamorado de su mejor amiga.

A la tierna edad de 5 años Alicent sabía que ella sería una Alfa y que su amiga Rhaenyra sería una Omega, o lo que era mejor SU Omega, por eso cuando la joven princesa se presentó como Beta Alicent lloró, lloró tanto que sus ojos se hincharon y su cara se puso roja, su padre la había regañado y su madre siendo sumisa como era había volteado la mirada para no verla.

- Debes controlarte Alicent, dejarte llevar por tus emociones no te llevará a ningún lado!- le había gritado su padre mientras tiraba de su cabello, Alicent lloró aún más.
Pero a la mañana siguiente cuando su amiga la había visitado y había visto su apariencia Alicent deseo poder estar siempre con la cara hinchada si eso significaba que Rhaenyra la abrazaría y la mimaria como lo hizo.

- Yo cuidare de ti Ali, tranquila aquí estoy y no me iré.

- Lo prometes Rhaenyra?

- ¡Claro que sí! Tu y yo siempre estaremos juntas y quién trate de separarnos será devorado por Syrax.

Y Alicent creyó en eso.

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Hermosa, fiera y valiente.

Así es como Daemon Targaryen describiría a su pequeña y encantadora sobrina. SU Omega. Sonaba tan bien como era pensarlo.
Desde el momento en que la vió siendo una bebé de apenas 1 año Daemon lo sintió, sintió ese tirón que lo llamaba a protegerla, a amarla y adorarla pero tendría que esperar, se vería raro que un Alfa adulto como él lo hiciera, podrían ser Targaryen pero aún conservaban algo de decoro y la unión entre un adulto y un infante era una aberración incluso para ellos, además debía terminar con su matrimonio con la perra de bronce antes de reclamarla como pareja así que Daemon esperaría, ya había esperado 17 años por ella que eran otros 15.