°Entre Dragones y Torres° Parte 3: Rhaenyra

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°Entre Dragones y Torres°

Parte 3: Rhaenyra

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El destino da muchas vueltas, algunas buenas otras malas, uno nunca sabe que le depara.

Después del decreto de su padre muchos trataron de conseguir su mano pero ella los rechazó a todos, a todos excepto a Laenor Velaryon, él era un buen hombre, era un Beta cómo ella, era carismático, y la respetaba pero aún mejor que eso Laenor le daba una libertad que otros hombres jamás le darían. La libertad de amar a quien deseará. Rhaenyra sabía que el corazón de su primo estaba en otros lados, y lo acepto ella acepto que si así debían ser las cosas al menos uno de los dos merecía ser feliz así que hizo un trato con él, Laenor podría tener cuántos amantes quisiera siempre y cuando cumpliera con su deber.... No pudo obviamente así que él la alentó a tomar uno, sería su secreto obviamente y la verdad es que Rhaenyra no tuvo que buscar mucho, ella sabía que había un soldado entre la guardia real que la miraba como una mujer y no como la insulsa Beta que era aunque no fue fácil ya que dicho hombre era un Alfa y había situaciones que podrían ser malas pero para Rhaenyra entregarse a Sir Harwin fue natural, la química entre ellos era increíble y la forma en que ambos se complementaban también lo fue y fue aún más fácil amar al pequeño que él le dió, y Laenor fiel a su palabra defendió a capa y espada a su pequeño niño de esos horribles rumores. Eran una extraña combinación, dos Betas y un Alfa formando una pequeña y secreta familia.

Pero eran felices.

Rhaenyra empezó a ser nuevamente feliz. Verdaderamente feliz, encerrada en su burbuja con su pequeña familia. Mientras abrazaba a su hijo en compañía de Laenor y la silenciosa vigilancia de sir Harwin Rhaenyra casi olvidó su realidad, lastima que otros no.

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Dolor, irá, furia, tristeza.

Esos eran los sentimientos de Alicent y Daemon hacia la situación, y hacia Rhaenyra.

Cuando Alicent acepto su destino como la nueva esposa del rey uno de sus mayores miedos era perder a Rhaenyra, y no se equivocó, la joven princesa la culpaba de seducir a su padre y traicionar la memoria de su madre, si solo Rhaenyra entendiera que era su deber como hija obediente el seguir las instrucciones de su padre Rhaenyra debería saber que había cosas que no se pueden evitar, deberes que una mujer debe cumplir aún si sus deseos y sueños están en otro lado. Pero Rhaenyra no entendió, solo se comportó como una mimada que hacía lo que queria como quería, pero Alicent no podía odiar a Rhaenyra no cuando su corazón traicionero aún latía desesperadamente por ella, si ella hubiera sido una Omega las cosas serían distintas y sería Rhaenyra quien diera a luz niños rubios y de ojos violetas no ella, sería Rhaenyra la que se hincharia y amamantaria a los cachorros que pusiera en ella no sería Alicent quien tendría que dar a luz a los hijos de alguien que no amaba y fingir que eran de su bella Nyra solo porque la veía reflejada en ellos. Alicent solo deseaba que las cosas fueran diferentes, que Viserys hubiera actuado diferente.... Ojalá hubiera podido elegir entre el amor y el deber.

Daemon era muchas cosas, un tirano, un canalla, un vividor y la lista podía seguir y seguir, pero había una cosa que era que lo respaldaba ante todo, era leal a su palabra era leal a su familia y era leal al amor que sentía por su sobrina... fue por eso que no pudo tomarla en ese burdel hace tantas lunas, porque la amaba y sabía que ella merecía más que tal deshonor y más aún siendo el un Alfa dominante y mayor que ella que era solo una niña, una Beta que no podría sobrevivir.

¡PUES VAYA IRONÍA!

Él se alejo de ella para cuidarla y evitarle dolor y ¿que va y hace ella?¡Va y se entrega a otro estúpido Alfa!

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