cap.19

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Pov. Paula

Hoy Alex hace un año, yo ya estaba totalmente recuperada del accidente y el ya estaba dando sus primeros pasos.
Con Alexia estábamos muy bien, volvimos a ser aquella pareja llena de energía rebosante de amor, volvimos a la complicidad del inicio.
Aún toda esa felicidad que me daba mi nueva vida, no podía evitar sentir un miedo atroz. Alexia terminaba su excedencia y eso significaba volver a separarnos. Volvería a Barcelona en unas semanas y yo me quedaría sola con Alex en Londres. Era tanto el miedo de que intentaba no hablar del tema, y ella estaba seguramente igual pues ninguna de las dos sacaba la conversación.
Por otro lado, aun que mi relación con Alex era buena, no había conseguido sentir esa conexión con él, a veces me sentía tan mala madre por no poder sentir ese amor incondicional hacia mi hijo que solo conseguía estar peor conmigo misma. Volví a asistir al psicólogo y aun que sentía que poco a poco iba mejorando, al pensar en la partida de Alexia me hacía recaer.

Desperté cuando me pareció escuchar llorar a Alex, me levanté intentando no despertar a Alexia que dormía plácidamente a mi lado y fui a la habitación del niño, pero no, el también seguía durmiendo, estuve un rato a su lado observándolo mientras le preguntaba mentalmente como lo haríamos para sobrevivir nosotros a solas. Volví a la cama con el mismo cuidado que cuando me levanté, Alexia seguía durmiendo, se veía tan bien, tan relajada, me embobé mirándola fijamente.
-Buenos dias- dijo aún con los ojos cerrados-.
-como sabes que estoy despierta?
-amor, puedo notar como me miras.
-Guau! Es impresionante!
-aja!- dijo como si realmente fuera algo excepcional-. Ya que estas despierta, es temprano y Alex sigue durmiendo...que te parece si aprovechamos el tiempo- me dijo con un fuego en su mirada que me calento en segundos-.
-pues me parece muy bien!-dije empezando a meter mis manos por debajo de la blusa de su pijama-.
Amaba, bueno en realidad sigo amando empezar los días así.

Por fin volvía al trabajo, parece mentida hechar tonto de menos ese lugar lleno de estrés, prisas, gritos y aquel sonido del teclado de los ordenadores que llegaban a taladrar los oídos.
Me sentía nerviosa, ese hormigueo en el estómago de los primeros días volvió a mí, a demás, se sumaba el primer día de guardería de mí niño, me sentía mal al tener de dejarlo con gente desconocida, aún que era la mejor guarderia de nuestra zona, sufría por sí le pudiera pasar cualquier cosa y ni Alexia ni yo estuvieramos cerca.

Alexia había conseguido un trabajo en el Arsenal, se encargaba de la coordinación de los equipos femeninos, la verdad es que no sé muy bien que es eso, lo que si se es que no le gustaba y que solo lo había aceptado por tener un horario más flexible y seguir aun que más dentro de los despachos vinculada con el fútbol.

-estas lista?- dijo James desde el portal de mi casa-.
Yo seguía sin poder conducir y como que Alexia tenía de trabajar, James se ofreció en pasarme a recoger con la excusa de poder ver así cada día a Alex.
-entra James!! Ya casi estoy- contesté ajetreada con la bolsa de Alex-.
-relájate un poco niña!-me dijo James-. Anda déjame a Alex... lo siento pequeñín, te han tocado una madres un poco locas
-Oye!!-se quejó Alexia, terminando de preparar algo de desayunar para poderlo llevar al trabajo-. Amor, te dejo esa bolsa dentro de tu mochila. Yo ya me voy- dijo acercándose a mí para despedirse con un beso-. Si te encuentras mal o te pasa cualquier cosa me llamas y vengo a recogerte. A la mínima, Pau! No fuerces por favor
-estaré bien, no te preocupes tanto- dije devolviéndole el beso-.
-adiós mi amor- le dijo a Alex dándole un beso en la cabeza- pásalo muy bien en la guardería.
-gracias James!-Le dijo despidiéndose así de el-. Cuidamela..
-siempre!

Que bien me sento el trabajo, me sentía feliz, casi eufórica. Todo fue a la perfeccion, tanto a nivel laboral, como al saber de que a Alex tambien le estaba yendo bien. Fue algo que nos gustó de la guardería, te mandaban fotos, vídeos cada dos por tres y aun así si querías podías conectarte a la camara de seguridad de la aula podiendo ver a tiempo real lo que estaba pasando.

Normalmente cuando llegas a casa después de tu jornada laboral, llegas cansada y sin energía. Pero a mi me pasó lo contrario, llegué con diez años más de vida llena de energía y vitalidad. Jugué con Alex hasta que quedo dormido, y me senté en el sofá a esperar la llegada de Alexia.
Ella llegó totalmente distinta de como llegué yo, se tiró al sofá agotada, tanto de que parecía que no tenía ni energía para hablar. Me quedé observándola en silencio, dándome cuenta de que la que volvía a renunciar a su felicidad para estar con nosotros era ella.
-Amor- la llamé con cautela-
-perdona, como estás? Y tu trabajo?
-bien-dije sonríendo-. No es eso..
-que pasa!-me cortó preocupada sentándose más cerca de mí-.
-tienes de dejar este trabajo.
-estas loca, y como vivimos? No voy a dejar que me mantengas.-la miré intentando calmarla antes de seguir-. Perdona, no quería hablarte así de mal.
-ves! Tu no eres así, Ale. No te gusta nada y eso te hace estar mal.
-lo sé, pero de momento es lo que hay..
-volvemos a Barcelona, allí eres feliz.
-tu trabajas y eres feliz aquí.
-yo trabajo aquí-corregí-. Puedo y e sido feliz en Barcelona o ya no te acuerdas?!
-lo dices de verdad?-pregunto con una luz en la mirada que no le había visto hablando del trabajo desde que está aquí-.
-voy a echar currículums y tu vuelve con tu equipo
-ya... eso... no puedo Pau!
-como que no puedes? Me dijiste que cogiste una excedencia?
-bueno... no fue del todo así...
-como que no! Y porque me lo dijiste?
-por no preocuparte de más. Tu sabes que el mundo del fútbol no se hacen contratos muy largos. Con el barça estábamos hablando de mi renovación, terminaba contrato este año. Al saber que se alargaría mucho más de lo qué pensaba, rescindí el contrato.
-Ale, lo siento tanto..
-lo volvería hacer!-dijo tajante-. Vale?
-vale! Pero podrás volver?
-supongo.. no lo sé, no ahora. Mel se quedó con el equipo, no voy a intentar sacarle el puesto. Seguiré buscando por aquí.

Pasaron los meses y seguíamos igual, Alexia seguía buscando sin encontrar nada, aún que tenía esperanzas pues más de un equipo le dijo que les interesaba tenerla en la próxima temporada.
Alex ya empezaba a andar y se empezaba a ver lo trasto que sería. Más de una vez teníamos de salir corriendo detrás suyo, era increíble como algo tan pequeño y muchas veces a cuatro grapas podía llegar a coger tal velocidad.

-Ale!- dije así que descolgó el movil-. Aquí está tu oportunidad. El united va a destituir a su entrenador del femenino.
-jajajaja así me gusta Paulita- dijo James desde su escritorio escuchando mi llamada-. Que nadie se adelante a tu chica
-callate!-Le dije y volví a centrarme en mi llamada-. Vale, ya estoy, ahora ya puedes reírte de mi!
-por que me tendría de reír de ti?! Muy bien tirado- dijo con orgullo-. Yo habría hecho lo mismo. De algo tiene de servir enterarnos los primeros.

Y así fue como Alexia terminó por primera vez en su carrera de entrenadora de uno de los grandes clubes de la liga femenina.
Pero jo todo podía ser perfecto, con eso también fue donde volvimos a vivir separadas. Yo en Londres con Alex y ella en Manchester. Aún así cada semana nos veíamos y pasábamos mínimo un día los tres a solas. Se puede decir que esta vez si supimos hacerlo bien.

SOLO SI ES CONTIGO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora