Stiles solo tenía que estirarse un poco más. Si se ponía de puntillas quizá podría alcanzar los adornos de navidad que había colgado sobre su puerta, y finalmente deshacerse de todo lo que le recordaba unas fiestas desastrosas. Sus piernas temblaron peligrosamente, y de reojo vio que alguien doblaba la esquina llevando unas cajas, se vio perdiendo el equilibrio y cayendo ridículamente frente al otro, e incluso haciéndole caer también ya que por la cantidad de cajas que llevaba enfrente Stiles pudo deducir que ni siquiera podía ver su camino. Afortunadamente, consiguió quitar el último arreglo cuando el otro desapareció del otro lado del pasillo y bajó a sus pies sin ningún percance.
Entonces, mientras entraba a su departamento de regreso conocido el moreno alto que cruzó detrás hace un momento, lamentó un poco no haberse caído para haber acabado en sus brazos. Cosas peores le habían pasado a lo largo de la vida. Era alto, de hombros anchos, pelo negro por lo que había alcanzado a ver, y aunque no le vio el rostro dudaba que estuviera lejos de uno que parezca un verdadero héroe.
Un ruido en el techo hizo que se diera cuenta que aquel hombre era el mismo que había comenzado su mudanza temprano en la mañana en el piso encima del suyo. Lo vio por la ventana mientras bebía café, y no, tampoco había podido verle el rostro.
Llegó a la conclusión que quizá estaba siendo algo extremista en cuanto a su prohibición que se había impuesto en cuanto a relaciones. Había pasado ya casi dos meses desde que su ex pareja, rompiera inesperadamente con él, con la delicadeza de dejarle una linda nota sobre la mesa del comedor.
A pesar que había hecho todo lo posible por apartar a Scott de su vida, incluso dejó de ir a su cafetería favorita para no encontrarse con él, sin embargo, cada vez que escuchaba a alguien hablar de deportes, o sobre algo que de alguna mínima forma le hiciera recordar a él, no podía evitar que le diera un vuelco el corazón.
Volvió a salir de su departamento, preparado para ir por algunas flores a la tienda de la esquina, comprar algún libro de camino al café más cercano y leerlo mientras tenía un brunch. Justo cuando salía del ascensor, una figura cubierta por una melena negra se aproximó y por el aroma Stiles no tardó en identificarla.
—¡Stiles! Que gusto encontrarte, no nos vemos hace rato —
—Allison, ¿Cómo estás? —replicó, sorprendido por el encuentro. —Cuanto tiempo...
Sin embargo, algo en su instinto de detective le decía que ese encuentro no significaba algo bueno.
—Estaba camino a la farmacia y se me ocurrió pasar a ver el departamento, vamos a mudarnos aquí en unos días —exclamó, recorriendo alrededor con la mirada. Stiles frunció el ceño sin entender, pero lo cierto es que no tenía ánimos de indagar. —Scott quería venir también, pero no ha podido —dijo entonces.
Stiles escuchó a alguien bajando las escaleras al lado del ascensor, pero el recién nombrado significaba algo más.
—¿Por qué habría de venir Scott, contigo? —preguntó, sin entender que era lo que tenía que ver él en toda la ecuación, entonces, se temió lo peor, sus manos temblaron levemente, y los pasos en las escaleras se detuvieron al otro lado.
—Stiles... creí que él te lo había dicho —murmuró Allison disminuyendo la voz apenada.
—¿Decirme qué?
—Lo nuestro... ¿Es que no sabías lo mío con Scott? — el tono en que lo había dicho provocó nauseas en Stiles, pero las controló bastante bien sin dejar de ver los ojos avergonzados de la que alguna vez consideró una amiga —No... no quería que te enteres por mí, especialmente cuando ustedes estaban tan bien juntos, cuando él rompió contigo, bueno...
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AMOR POR CONVENIENCIA © Sterek
FanfictionStiles se siente traicionado, roto y sustituido. ¿Causantes de esto? Su ex novio y su amiga. ¿Iba a demostrarlo? Claro que no, su orgullo seguía intacto. Lo que él necesita es un nuevo novio, y para beneficio o condena suya su recién llegado vecino...