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¿Adrenalina? ¿Miedo? Esas emociones comenzaron a envolverlo a medida que cobraba conciencia. Sus manos estaban amarradas sobre su cabeza, y de a poco su aliento se fue agitando. Una sola lámpara alumbraba la habitación, una silla yacía vacía en una esquina y nada más excepto la cama donde él se encontraba acostado boca arriba. Comenzó a observar alrededor, y pudo notar una ventana con salida de emergencia a su izquierda, y el terrible olor a humedad y encierro que emanaban las paredes.

—¿Despertaste? —la voz de alguien desde la puerta a sus pies hizo que levantara la cabeza e intentara ver en la oscuridad. Sin aliento y con las manos temblorosas intentó zafarse, sin mucho éxito

—¿Qué hora es? —preguntó

El hombre ingresó a la habitación con un cuchillo en mano y negó lentamente sin dejar de observar la punta de este. —Aquí yo mando, Detective — se acercó a paso lento hasta llegar al lado de la cama y bajó su rostro a la misma altura —A partir de ahora, mucho cuidado con lo que salga por tu boca —amenazó y arrastró el cuchillo hasta el hombro herido —Podría dejar tu cuerpo como un colador antes de que te des cuenta —

En ese momento de impotencia solo quiso gritarle miles de cosas, pero con un nudo en la garganta permaneció callado, colmar su paciencia no era lo más inteligente. Unas lágrimas se formaron en sus ojos y respiró profundo observando el techo. No recordaba si su mensaje había sido enviado a Derek, y seguido de eso, solo podía pensar en el sueño que había tenido. Fuego, solo fuego frente a él.

Unos minutos después el hombre volvió a entrar, traía una jeringa con él y un vaso de agua. Stiles intentó alejarse como pudo, pero realmente no había forma de que pudiera evitar lo que sucedería a continuación.

—¿Qué es eso? ¿Qué me inyectaste?

—Es solo un estimulante, nada que no hayas sentido antes —comentó

—¡Púdrete! —gritó tirando de sus muñecas solamente haciéndose daño, además de la cachetada recibida por el otro. El golpe fue tan fuerte que le hizo girar el rostro dejándolo totalmente aturdido. Apretó los ojos y los labios conteniendo el dolor y lo retó con la mirada de nuevo.

Solo unos minutos después, ya tenía el cuerpo entero sudado. Hacía mucho calor, aun así, no dejó de buscar pistas o una forma de desatarse.

—¿Sabes? No tengo realmente preferencia por el género o la edad —comenzó diciendo mientras se relajaba en la silla y no dejaba de observarle —Ciertamente los niños son más dóciles, les dices que se sienten y se callen y lo hacen, les dices que mamá y papá van a enojarse si no hacen algo y lo hacen. No es lo mismo con un adulto, pero un adulto lo siente más. ¿No crees? Un niño no tiene desarrollada aun la sensibilidad ni el sentido de placer, todo es dolor para ellos, pero no para un adulto. ¿Verdad Detective? Ya está sintiendo placer... ¿no es así? —

Lloriqueó, e intentó zafar sus manos de las ataduras mientras sentía su miembro palpitar y dolerle bajo su ropa.

—Te inyecté un fármaco que aumentó tu deseo sexual, es más, ya deberías comenzar a sentirlo porque ya transcurrieron los primeros 15minutos —informó. Stiles le miró preocupado y tiró de la atadura en sus muñecas —Shh... no lo hagas, solo vas a lastimarte. En un momento voy a llevarte al baño y tendrás que orinar, o va a comenzar a dolerte tanto que no soportarás —

Quiso gritar, y el hombre le miró fijamente —No grites ni hagas nada estúpido —pidió

—¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué haces esto? —exigió saber. El otro suspiró pensándoselo, y luego sonrió.

—Esa niña te nombró al tercer día, dijo que eras el mejor Detective que ha existido, así que asumí que iría a ti cuando se escapó. Ahora lo que quiero es demostrarte que no soy alguien malo, como muchos creen, con este fármaco no sentirás nada más que placer, y luego te irás a casa como todos ellos lo hicieron —

AMOR POR CONVENIENCIA © SterekDonde viven las historias. Descúbrelo ahora