twenty

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« 𝘆𝗼𝗿𝗶𝗶𝗰𝗵𝗶 & 𝘀𝘂𝗺𝗶𝘆𝗼𝘀𝗵𝗶 »


☼✧ Respiración del Sol ✧☼



El pequeño cuerpo rojizo de la recién nacida parecía perdido en el diminuto kimono de color rosa, sus bracitos extendidos hacia los lados y sus piernitas dobladas en una posición familiar que recordaba su tiempo en el vientre materno. Su pecho subía y bajaba, y su respiración se entrelazaba con el suave silencio de la mañana. Dormía tan serena, como si en el mundo solo existiera el refugio de su sueño.

La pareja observaba a la cachorra con ojos analíticos, combinados con miradas llenas de asombro y devoción.

Llevaban en esa posición unos buenos minutos de esa temprana mañana, estando hipnotizados por lo pequeña que se veía el producto de su amor. Era casi irreal que una pequeña criatura como ella pudiese existir, se veía tan diminuta que toda su existencia causaba ternura. No podían dejar de observarla, era demasiado linda para ser real.

-Duerme tan tranquila. -Susurró Sumiyoshi, rompiendo el silencio que los había enfrascado.

Yoriichi asintió en silencio, dejando caer su mano grande y cálida sobre el pequeño pecho de su hija, sintiendo el firme latido de su corazón. Soltó un suspiro de alivio.

Aunque el nacimiento había transcurrido bien, todavía sentía la fragilidad de la niña y se llenaba de aprehensión con cada ruidito y suspiro que ella emitía. Sumire, aun recuperándose del parto, respiraba con un sonido pesado, suficiente para inquietar a sus padres, pero ambos se refugiaban en las palabras de Saori sobre que su cachorra estaría bien.

-Duerme mucho. -Murmuró Yoriichi, la preocupación se reflejaba en sus ojos rosados. Se volvió hacia su esposo, quién le dedico una mirada de curiosidad por el sentimiento de inquietud que le transmitía a través del lazo. -¿Es normal que duerma tanto?

Sumiyoshi rió suavemente, tomando la mano de su alfa que reposaba sobre el pequeño pecho de su hija.

-Yoriichi. ¿Acaso no cuidaste a Yuu cuando era solo un recién nacido? -Yoriichi desvió su mirada, avergonzado. -Lo es. Nuestra cachorra tiene una semana de nacida, es normal que duerma mucho.

El alfa frunció el ceño, no estando seguro aún de eso.

-Duerme más de catorce horas al día. -Expresó con preocupación.

-¿Las contaste? -El omega alzó una ceja, divertido.

-Por supuesto. Debo asegurarme de que esté bien.

-Cariño. -Llamó suavemente Sumiyoshi, apretando el agarre que tenia de sus manos, tratando de reconfortarlo de esa manera. -Ella esta bien. Es una bebé, su única preocupación en el mundo son comer y dormir.

Yoriichi sonrió, sintiendo un poco de alivio.

Era increíble como esos últimos días que su ansiedad había aumentado por el hecho del nacimiento de su cachorra, había estado muy inquieto y no podían juzgarlo por ello. Tenía mucha suerte de tener a su lindo esposo a su lado, que, con unas pocas palabras y caricias reconfortantes, lograban calmarlo y desaparecer los pensamientos intrusivos que lo atormentaban.

Sin embargo, su instinto aún le exigía asegurarse de cada respiración y cada pequeño latido de su cachorra, siendo el ritmo constante del pecho de su hija lo que finalmente lo reconfortaba.

una segunda oportunidad para hacer las cosas bien ⋆⌇ 𝘺𝘰𝘳𝘪𝘪𝘴𝘶𝘮𝘪¡!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora