A Harry no le parece tan extraño estar ahí.
Estar en enfermería es bastante común en su vida desde que comenzó Hogwarts así que no se siente como algo nuevo o terrorífico. Lo único que espera es que su madre no aparezca por la puerta en ningún momento.—Los llamaron apenas caíste de tu escoba, dudo que no vengan —el rubio a su lado se burla, recostado junto a él mientras analiza su juego—, ¿que apuestas ahora?
—Apostar galeones es aburrido cuando no los necesitamos, ¿que te parece si lo cobramos cuando lo necesitemos? No hay límite —ofrece observando el juego en sus manos, levemente confiado incluso si no lo demuestra.
—Ambicioso si tomamos en cuenta quienes somos, pero acepto —le sonríe.
Antes de que puedan bajar sus juegos la puerta se abre sobresaltando a ambos chicos. Draco por un regaño al estar recostado en la camilla y Harry por ver a su madre.
—Ah, solo eres tú tío —el rubio vuelve a recostarse cuando le reconoce, relajándose.
—Nos asustaste —Harry igualmente se recuesta, palmeando un lugar a su lado en una invitación. Draco y él se acurrucan más cerca para que pueda sentarse cómodamente, sacrificando sabiamente su espacio personal.
—Tienes suerte de que tus padres estuvieran ocupados y haya estado en casa de Sirius para recibir yo la llamada —golpea sus cabezas a modo de saludo, sentándose al lado del ojiverde, quien se recarga contra su cuerpo apenas coloca un brazo sobre sus hombros—. ¿Qué fue esta vez?
—Mi escoba se partió por la mitad a medio juego, un chico de slytherin la hechizo —explica, mirando a Draco mientras ambos bajan sus juegos—, ¡por fin te gane! —festeja, cuidando no mover su hombro lastimado que aún no curaba por completo.
—Primera vez que ganas y tenía que ser ahora, debimos apostar galeones —el rubio se queja, casi haciendo berrinche.
—¿Un chico de slytherin? ¿Quien específicamente? —Regulus habla más serio de lo normal sin dejar ir el tema, apretando a Harry contra él cuando esté gira a verle.
—Marcus Flint, el que reprobó —explica, dejando que Draco guarde las cartas con las que jugaban—. Creo que lo suspenderán un tiempo.
—O lo expulsarán si saben lo que les conviene, hablaré con Dumbledore más tarde —promete, mirando a su sobrino esta vez—. Narcissa me pidió que te recordara llevar a tu novia este fin de semana.
—Ya les dije que Tori no es mi novia —Draco se queja—, creo que Adrián comienza a odiarme porque siempre se están confundiendo.
—Yo te odiaría —el ojiverde admite—. Pero no es necesario que hables, no es para tanto.
—¿No para tanto? —eleva una ceja.
Draco les mira antes de levantarse de su lugar—. Hablaré con Tori y Adrián.
Harry se mueve un poco más para que Regulus esté más cómodo, sin embargo siguen sin separarse demasiado de su anterior posición—. Habla con Dumbledore si quieres pero ya es su último año y me da un poco igual, apenas me dejen salir de aquí me asegurare de vengarme a mi manera.
—Hagámoslo a mi modo esta vez, no quiero que te metas en más problemas, últimamente es más difícil sacarte de ellos —pide inspeccionándolo un poco—. ¿Qué te duele?
—Intente detener mi caída y me lastime el hombro —señala el lado opuesto al que se encuentra recargado en él.
Regulus guarda silencio por un minuto, mirándole.
—Ven a casa durante el fin de semana —palmea su muslo un par de veces para luego dejar su mano ahí—, luego cuando te sientas mejor el lunes te traeré de regreso.
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Admiración.
FanfictionHarry admira a Regulus. Tiene un humor increíble, es talentoso, buen deportista, joven, atractivo y prácticamente todo lo que cualquier adolescente quisiera ser. Le encanta llegar junto a él, conversar y escuchar historias geniales de su parte, así...