11.

731 112 7
                                    

Anteriormente Harry no está seguro de haber visto a Regulus de una forma romántica. Pero puede decir con total seguridad que nunca lo vio como un miembro de su familia, por lo menos.

Eran amigos, amigos que poseían una increíble confianza y disfrutaban de pasar tiempo juntos. No no pensó que hubiera algo raro en su relación o algo que se prestara para mal entendidos.

No puede decir que siempre sintió algo por el, pero tampoco que es algo reciente. Es extraña la forma en que ahora que sabe que Regulus le quiere puede decir que también lo hace.

Tal vez siempre lo hizo y lo disfrazó llamándolo por otro nombre, tal vez la idea de ser rechazado le aterraba tanto que se engañaba a sí mismo. Quien sabe, no quiere ponerse a pensarlo demasiado.

Solo sabe que quiere hacer algo al respecto.

Pero tampoco quiere ser sumamente obvio, o ir buscando su atención.
Así que no se lanza a su oficina sin más, no planea ser él quien lo busque tomando en cuenta la forma en que se ha estado comportando (así sepa el motivo). Su orgullo y dignidad pueden más que eso.

El no está ahí por Regulus, por supuesto que no.

Él está ahí por su padrino, quien ama presumirlo con sus amigos cada que puede.

Incluso se viste con una chaqueta de cuero para darle más gusto. Porque Sirius adora decir que es su hijo por más que sea un mini James.

—¿Aceptarás o no? —el Black mayor pregunta cuando Harry se sienta sobre el escritorio de su oficina personal, a un lado del montón de casos que tiene por revisar pero sigue aplazando por pasar tiempo con su ahijado.

—Si me gustaría pero tengo que esperar a graduarme, ¿no?

—Creo que con que seas mayor de edad es suficiente, pero igual preguntaré —palmea su pierna satisfecho con su comentario—, ¿le dijiste a Jamie?

—Aún no, si lo logro me gustaría que fuera una sorpresa —sonríe, entusiasmado.

—Es una buena oportunidad para ti, si no te aceptan están locos —Sirius revuelve su cabello mirándole con cierto orgullo que le hace feliz.

Adora hacer sentir orgullosas a las personas.

El hombre en ocasiones se comportaba como un segundo padre para él. Lo cual hacía que entendiera un poco más lo que Draco había dicho.

Son pasadas las 5 de la tarde cuando Sirius tiene que marcharse de imprevisto y Harry comienza a buscar a su padre para volver a casa.

No espera encontrárselo, y no quiere hacerlo. Regulus pocas veces se paseaba por esa área. Pero su suerte es tal que apenas ha avanzado un pasillo cuando nota un rostro conocido caminar en su dirección.

Sabe que no es casualidad.

Es casi instantánea la forma en que gira sobre sus talones en un intento por escapar del mayor. Siente que una corriente de pánico le invade y casi logra que salga corriendo.

No esperaba enfrentarlo tan pronto.

Pero Regulus es todo menos idiota y nota sus intenciones rápidamente—. ¿Ahora por qué me huyes? —le habla lo suficientemente fuerte para que le escuche, el ojiverde detiene sus pasos y gira cuando le siente cerca.

—No estoy huyendo...

—¿Me dirás que no diste media vuelta cuando me viste?

—Dirección equivocada.

—Estoy bastante seguro que la oficina de James está por allá —señala detrás de él.

Harry se rinde, sabiendo que se estaba comportando como un tonto—. No te estoy huyendo, solo... ¿que pasa? —pregunta, decidiendo ir por el camino fácil.

Admiración. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora