06.

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Los primeros días de vacaciones Harry se dedica a descansar y holgazanear todo lo que pueda. Se la pasa todo el día en su casa vestido con pijamas o ropa cómoda y solo sale a estirar sus piernas de vez en cuando.

Lo está disfrutando por completo, y habría seguido de esa forma si no fuera porque sus amigos deciden visitarlo una semana después. Harry solo entonces es consciente de que no ha visto a nadie más que a sus padres y recuerda a una persona en específico con la que no ha hablado demasiado últimamente.

Eso era raro, si bien suele ver a Regulus personalmente bastante seguido, cuando no pueden hacerlo acostumbran a mantener conversaciones, llamadas o lo que sea.

Pero en esos días Regulus no le había hablado para nada.

Harry cree que es extraño, sin embargo conoce al mayor, sabe que suele cerrarse demasiado en el trabajo más seguido de lo que debería, así que se dice a sí mismo que probablemente se estaba sobrecargando de nuevo.

Ese es el principal motivo por el cual está allí. Tenía un plan para ir a comer con sus padres en una o dos horas más, así que para matar el tiempo se encamina a la oficina de Regulus.

El ojiverde conoce a la mayoría de ahí, algunos son colegas de sus padres, o familiares de sus amigos. Por lo mismo se distrae en conversaciones en el recorrido, se siente relajado y tranquilo, sin ninguna prisa.

Para cuando llega al piso del hombre se topa con Barty saliendo de la oficina de este, si Regulus tiene visitas durante hora de trabajo para él significa que no está demasiado ocupado.

Tal vez incluso podría quedarse algunos minutos ahí.

—Hola Harry —el hombre saluda revolviendo su cabello, el ojiverde le sonríe.

—Hola —dice, acercándose a dar un rápido abrazo al mayor—, ¿Regulus tiene mucho trabajo? —pregunta señalando la puerta de su oficina.

—No diría que demasiado para sus estándares, pero para mí sí.

Harry mira del hombre a la puerta un par de veces, asintiendo—. Ya me imagino, igual solo vengo a saludar —se encoge de hombros, tampoco quería ser una carga, puede respirar perfectamente sin Regulus.

—Está bien, salúdame a tus papás —el hombre revuelve su cabello nuevamente antes de dejarlo ir.

Harry le ve marcharse antes de continuar con su camino.

Tocando la puerta un par de veces se permite la entrada, su vista buscando a Regulus antes de dar con él un par de pasos lejos de su escritorio—. Hey —saluda, sonriendo antes de entrar por completo en el lugar.

—¿Qué haces aquí?

El ojiverde parpadea lentamente ante su tono, pero sigue caminando hasta detenerse a su lado—. Estoy aquí por mis padres y pensé en pasar a saludar aprovechando que bueno, estaba aquí —conforme habla frunce el entrecejo, ¿estaba haciendo algo mal?

Siente que está haciendo algo mal.

—Está bien.

Harry está acostumbrado a que el hombre se comporte de esa forma de vez en cuando, no suele tener demasiado tacto y sabe que es fácil hacerle molestar. Sin embargo no puede evitar sentirse incómodo ante la sensación de no ser bienvenido.

Se tambalea sobre sus talones pensando en que decir—. ¿Estas muy ocupado? —pregunta, intentando comprender porque Regulus le miraba de aquella forma.

Esta molesto, pero no podía estar molesto con él, acaba de llegar y no ha hecho nada que pueda causar una reacción negativa, así que no lo entiende.

—Solo no estoy de ánimos para recibir visitas, Harry —suspira, como si le pesara decirlo.

El menor asiente, intentando ignorar que Barty había salido de ahí momentos antes (y Barty nunca estaba allí por trabajo). Aún así intenta entender, Regulus no siempre podía tener tiempo para él, no era prioridad en la vida del hombre y debía comprender que no podía llegar como si nada sin haberlo comentado con anterioridad—. No te preocupes, solo quería pasar a saludarte no pensé que te quitaría mucho tiempo —resta importancia, sintiéndose culpable.

Tampoco quiere actuar como un niño caprichoso que se molesta al no recibir atención, así que se acerca para depositar un beso en la mejilla del mayor a modo de despedida.

Regulus inclina el cuerpo hacia atrás apenas un par de centímetros alejándose de su toque, como si no supiera si recibir la muestra de afecto o no. Es apenas algo mínimo, pero Harry lo nota perfectamente y entonces retrocede con una horrible sensación en su estómago.

Se siente incómodo y avergonzado—. Lo siento —dice antes de poder detenerse a sí mismo.

No sabe si lo dice por su intento de beso o por lo que sea que tenía molesto al mayor, pero antes de que esté siquiera se explique (si es que planeaba hacerlo) Harry ha dado media vuelta para marcharse.

Se siente rechazado. Es un chico cariñoso con todo el mundo, nunca le ha dado mucha importancia a ese tipo de acciones, sin embargo tampoco nunca había sido rechazado de esa manera, nunca nadie se había apartado de su toque, así que no sabe como reaccionar. Siente un hueco en su estómago que le genera ganas de vomitar, como si no pudiera soportar la indiferencia.

Cuando vuelve con sus padres actúa como si todo estuviera normal, diciéndose a sí mismo que un mal día no significaba nada. Sin embargo las palabras de Seamus vuelven a él luego de semanas sin siquiera haber recordado aquello y se pregunta si tal vez estaba cansando a Regulus con su continua presencia allí.

Aquello permanece en su cabeza durante el resto del día.

Admiración. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora