Capítulo 2

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Todo el trayecto a la mansión, fue de completo silencio. Ninguno dijo absolutamente nada, de lo que habían intentado hablar cuando ella perdió el equilibrio. Para Alessandra, el solo pensar en su amado Thomas y en donde podría estar, la desestabilizaba más de lo que podrían imaginar.

Sus pensamientos fueron invadidos por sus amargos recuerdos. Su mirada perdida en la autopista mientras su mente decía que su hijo, tendría cinco años si hubiese nacido.

Su familia fue destruida antes de poder intentar formarse y se lamentaba todos los días su ausencia.

Dereck veía fugazmente cada gesto que ella hacía. Fruncía el ceño, mordía su labio y parpadeaba con rapidez, para no llorar. Se había infiltrado a la organización por órdenes de sus superiores. Debía encontrar toda la información necesaria para arruinarle los planes a los italianos, de abrir otro negocio de lavado de dólares.

Era difícil seguirles el rastro, pero habían logrado conseguir una brecha y entrar sin problemas.

La mujer que le estaba tocando cuidar, era un blanco fácil a nivel general. Parecía demasiado frágil para tal organización y lo que más le causó una extraña sensación en su pecho, fue el saber que ella lo había perdido todo.

Eso tenían en común...

A Dereck le habían permitido estar en el caso porque después de todo, él buscaba morir.

La mujer que él había amado durante toda su vida, lo había engañado mientras él estaba en el extranjero trabajando. Supo de su engaño porque al estar junto a su esposa, tuvo una infección y lamentablemente, en dos años que estuvo fuera, realmente le resultaba imposible estar con alguien.

Veinte años de relación destruida en segundos. Lo peor de todo eso es que después de enfrentarla, todo el mundo estuvo en su contra por no entenderla a ella.

—Me dejaste sola mucho tiempo...

Esas palabras se repetían constantemente en su cabeza. Simplemente, no lo entendió y se alejó de todo el mundo. Dereck quedó solo por elección y decidió meterse de lleno en su trabajo.

—¿No le dirás nada a mi hermano? —no se dió cuenta de que ella lo estaba viendo también.

—¿Perdón? —la miró con confusión y volvió su atención a la autopista.

—Lo que veas en esa casa... Por favor, no se lo digas a mi hermano —le pidió con amabilidad y un poco de angustia.

Para ella era tan problemático que Alessandro le hubiese puesto a alguien para cuidarla en casa... Se enterarían de lo que ella callaba y eso era tan peligroso.

—¿Por qué debo ser desleal a mi jefe? ¿Sabe que podría morir por tan solo desobedecer media orden? —la vió tragar grueso, pero quería respuestas.

Le daba igual si desobedecía, Alessandro dijo que debía ser sus ojos en esa mansión y cualquier cosa que fuera sospechoso, debía informarle, pero le causaba demasiada curiosidad la insistencia de ella.

—Mi hermano y Fabrizio hay cosas que no saben... Bueno, más que todo mi hermano y no quiero que se entere de nada. Mi padre solo tiene una mala relación conmigo y si Alessandro se entera, probablemente lo saqué del medio o no me crea...

—Si usted es la víctima, prometo servirle de testigo para lo que sea que necesite. La policía puede ayudar en caso de que usted esté en peligro y... —la risa nerviosa de ella, lo hace callar.

Dereck se detuvo en un semáforo que indicaba que estaban llegando a la mansión.

—En la organización, la ley es mi padre y si él falta, sería mi hermano... Si me caso con un capo, paso a ser propiedad de él y su ley sería la mía. Las mujeres en la mafia son solo eso, juguetes sexuales y muñecas en los eventos de la alta sociedad —dijo con amargura.

Contrato con la Mafia #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora