Capítulo 19

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Alessandra y Dereck habían empezado una especie de relación, solo que decidieron no darle nombre. Para empezar, ella no encontraba la manera de poder decir —pareja—, porque sí, la última persona que estuvo con ella fue asesinada. No cometería el mismo error dos veces.

Por otra parte, estaba Dereck. Él no debía mezclar el trabajo con placer y lamentablemente, ya había cruzado esa línea y conocía, perfectamente, el cuerpo de Alessandra. Al igual que varias de sus manías.

Alessandra ya no lloraba tanto por las noches, los analgésicos hacían efecto y la culpa solo estaba por el día. Podía centrarse en trabajar y no tener que pensar en Thomas. Ninguno de los dos se arrepintió porque era lo que ellos querían en ese momento. Aún quieren estar juntos y sí, también lo hacen en secreto.

—¿Estás bien? —le preguntó Dereck, entregándole un café helado, ellos, en las últimas semanas se habían ido conociendo mucho más.

—El supermercado es algo muy arriesgado para seguirlo haciendo —le comentó, tomando un sorbo de café—. Es mi deber buscar soluciones y el supermercado en las Costas no es precisamente rentable.

Ambos se encontraban en una de las oficinas de la organización. Para cualquier persona podría resultar, simplemente, un edificio empresarial, pero estaba corrupto desde el piso 4 hasta el 27.

—¿Por qué? El hospital tiene semanas en funcionamiento y no he visto problemas. ¿Cuál es la diferencia entre una cosa y la otra? —Dereck tomó asiento frente a ella.

—El hospital tiene dinero limpio. El financiamiento que hace Fabrizio en algunas cosas suele ser legal. Allá no solo se trata al personal de la organización, también atendemos personas de afuera para evitar levantar sospechas. Necesitaba médicos calificados para tratar nuestros temas, pero con el supermercado no puede ser así —giró su laptop en el escritorio y se la enseñó—. La mayoría del dinero viene corrupto. Puedo hacer algunas llamadas para esconder las transacciones, pero eso llamará la atención de la policía.

Dereck vió que el dinero provenía de Alessandro y el supermercado sería administrado por su prometida. No había mucho producto nacional y las compras eran bastante altas.

—Hay mucho dinero que sale del país...

—Es demasiado para solo ser un supermercado que está terminando de ser construido —admitió—. Aquí puedo callar muchas bocas, pero nada más en el inmobiliario importado, los productos y todo lo que se venderá, será visto por alguien y tendremos a la Interpol o alguien muy pesado, detrás de nosotros.

Él la miró y tragó grueso.

—¿Por qué la prometida de Alessandro será la encargada del supermercado? —cuestionó, pero sospechaba algo.

—Porque en alguien debe caer la culpa cuando ella sea la causante del fracaso del supermercado —volvió a girar la laptop y lo miró fijamente.

—Sigo sin entender... —apoyó la espalda en la silla.

—Si la Interpol o alguien viene detrás de nosotros, la culpa será de Antonella. Tengo que esconder cualquier rastro de la Cosa Nostra en ese supermercado. El dinero corrupto de Alessandro puede ser un problema y estaría en peligro —suspiró—. Fabrizio quiere a Antonella fuera de nosotros. Ella está robando dinero de la cuenta de mi hermano y es todo muy confuso en este momento, pero si mañana fracasara el supermercado, los únicos hundidos seremos nosotros.

—¿Y me dices esto por qué? —ella sonrió.

—Porque si alguien más se entera de algo o todo lo que dije no sucede...

—Ah, sería mi culpa y estarías afirmando tus sospechas de que soy el traidor —completó, lo que ella quería decir.

—Sí.

Contrato con la Mafia #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora