Introducción | 🌸

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Desde que nació, Poseidón resaltó entre los tres hermanos por ser pequeño. A su año de edad bien era confundido con unos meses, ni que hablar cuando tuvo diez, donde, ante los ojos de los titanes, no aparentaba ni los cinco.

Aunque su estatura era motivo de burlas por parte de su padre y tíos, pudo descubrir varias ventajas de su tamaño.

Sin embargo, su situación no pareció mejorar cuando Zeus, el último de los hermanos, nació.

Con cinco años, Zeus estaba por pasarlo de altura. ¡Tenía quince años, por Urano!

Sus hermanos, aunque nunca lo admitirán, se divertían al ver que Poseidón era tratado como el último hijo de Cronos -cuando dicho lugar le pertenecía y pertenece a Zeus-.

Pero todo eso era historia.

En la actualidad, Poseidón poseía la respetable altura de un metro noventa, siendo casi tan alto que su hermano Adamas.

No obstante, ¿es realmente cierto?

No obstante, ¿es realmente cierto?

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-

¿Qué supones que haga?

En un pasillo solitario del Valhalla, la voz de la diosa nórdica parece resonar en eco. Con porte esbelto y fornido, sin llegar a opacar su feminidad, la castaña yace cruzada de brazos, recostada en la pared mientras sus afilados ojos están puestos en el dios del engaño.

-Solo necesito que distraigas a Poseidón lo suficiente para acercarme. Es tarea fácil para ti puesto a que él le agrada tenerte cerca.

Le sonríe de manera maliciosa, levitando cerca de ella sin borrar su sonrisa. La diosa frunce el ceño, haciendo una marcada mueca en sus labios.

-Estás loco si crees que pondré mi vida en riesgo. -siseó.

Ella sabe perfectamente el terror que es el dios griego. No por nada sigue siendo considerado un tirano a pesar de haber perdido de forma tan humillante en el Ragnarok. Además, ¿qué insinua Loki al decir que Poseidón le agrada tenerla cerca? Ese tipo es apático con todos, incluso con sus hermanos.

-Tu tranquila, que él no te hará nada. -intentó tranquilizar a la menor-. Confía en mí.

-Ni aunque Odín me obligue a hacerlo.

Gruñó.

Sospechosamente, Loki parece darse por vencido, soltando un suspiro mientras se da media vuelta.

-Ya que; parece que no estás interesada en saber el secreto más grande de Poseidón.

Deja a Obrekka con la intriga, desapareciendo entre las sombras con su sonrisa plasmada en sus pálidos labios.

La diosa se queda apreciando el lugar donde el de cabellera verde desapareció, sin borrar su ceño fruncido. Sabe perfectamente que no debe fiarse de Loki. Su hermano y padre son quienes más le recomiendan no ayudar al dios del engaño en sus juegos; sin embargo, le es imposible deshacerse de la curiosidad instalada en su interior.

𝙋𝙖𝙩𝙪𝙘𝙝𝙤 | PoseidónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora