𝙋𝙖𝙩𝙪𝙘𝙝𝙤 | Poseidón

Estornudo |🌸

Pocas son las ocasiones en que los hermanos griegos se reunían.

Usualmente los únicos presentes eran Hades, Adamas y Zeus, siendo el más pequeño (en altura), Poseidón, quien se ausentaba.

Sin embargo, bajo la insistencia de su hijo y la entrometida de Obrekka, terminó asistiendo a la reunión. Estuvo a punto de escapar y esconderse en el fondo del mar, pero los jóvenes lo arrinconaron y arrastraron a su habitación, donde terminó siendo juzgado y manoseado mientras su hijo y la nórdica buscaban un traje indicado.

—Ni lo intentes.

Casi suelta un chillido al sentir que alguien lo agarra del brazo, volviéndolo a sentar en la cama. Poseidón mira con enojo a la más alta, a la vez que se siente muy expuesto ante alguien ajeno.

¿Cómo no se sentiría expuesto? ¡Apenas tenía una bata cubriéndolo!

Y no sabe que le sorprende más, si que su hijo haya sido cómplice, o la normalidad en que la fémina lo miraba y trataba. Le avergonzaba.

—¡¿Qué estás mirando?! —exclama el tirano con la punta de sus orejas rojas, percatándose de la mirada de Obrekka sobre él.

—Estoy pensando, idiota. —sisea ella—. No te estoy viendo; ni que tuvieras gran cosa.

—¡¿Qué dijiste?!

Antes de que pudiese insultar a la fémina, la escandalosa risa de Tritón se hace oír. El príncipe se regresa hacia la pareja no oficial, teniendo entre sus manos una muda de ropa.

Mira la escena, risueño, en especial al ver el rostro rojo de su padre.

—Prueba esto.

Le extiende la muda de ropa a su padre. No obstante, antes de que el más bajo la tomase, la nórdica la toma primero, viendo el conjunto con el ceño fruncido.

—Hmm... está bien. —expresa la joven, aún analizando la ropa.

Poseidón intenta quitarle el conjunto de las manos, pero la castaña se percata, y en un rápido movimiento levanta su mano a una altura en que el griego no puedo alcanzar la ropa.

La situación provoca las risas de los menores, caso contrario a Poseidón, estaba luchando para quitarle la ropa a la fémina. Cansado de hacer el ridículo y perder su dignidad, alcanza su tridente que estaba a un costado, dándole un golpe en el estómago a Obrekka con el mango del arma.

El golpe fue certero y sorpresivo, por lo que la nórdica acabó retorciéndose mientras pone sus manos en su estómago. Deja caer la ropa, haciendo que el tirano la agarre y se apresure a cambiarse, puesto a que se le hacía tarde.

—¡D-deja de burlarte! —las risas de Tritón se detienen a duras penas—. Maldito pitufo...

Jadea Obrekka.

Por mientras, en el baño, Poseidón se miraba al espejo, viendo con cierto desconcierto la ropa. El conjunto me pertenecía a Tritón: el abrigo azul marino le llegaba a las rodillas, pero le es cómodo de usar. La tela de la camisa de mangas largas le irritaba la piel, y una de las zonas afectadas en el proceso de ponerse la camisa fue la nariz.

Su nariz estaba ligeramente sonrosada, y tenía muchas ganas de estornudar. Se tapa la nariz y se aleja de la puerta, estornudando con pesadez.

Quiso quitarse la ropa y mandar a la mierda todo, pero no podia ser descortés; no obstante, tampoco desea revelar su molestia a su hijo y a Obrekka.

Se limpia la nariz y se arregla, saliendo del baño con mala cara.

—Me voy.

Declara saliendo de la habitación con su tridente en mano, sin darle tiempo a los menores para verlo.