Negación | 🌸

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-¡Ya te dije que no!

Era el pan de cada día en la mesa del Valhalla.

Ya habían pasado dos meses desde que empezó su amistad con Tritón. Después de lo ocurrido con el abrazo, Obrekka sintió la necesidad de hablar más con el tirano -conversar otra cosa que no sea insultarse entre sí-. Lo logró con ayuda de Tritón, aunque eso fue detonante a sentimientos nunca vistos en la gran diosa.

Eso, claro, fue percibido por el dios del engaño.

-Querida, hasta Odín que es tuerto ve con claridad lo enamorada que estás. -vuelve a molestarla, sin importarle que su cuerpo esté recostado en la mesa.

-En tus sueños estaré enamorada. Soy una diosa virgen; así nací y así me quedaré.

-No se puede decir lo mismo de tu mente...

Musita el berserker nórdico, siendo oído por su hermana al estar sentado a su lado.

-Tú ni digas nada, que lo tuyo con el general volador es más que obvio.

-Burra boca floja. -sisea el menor.

-Perro masoquista.

-Ya dejen de pelear.

Demandó Baldur, sentado al lado izquierdo de Obrekka.

-Dejaré de pelear cuando este escuálido deje de decir que estoy enamorada. -señala a Loki, haciendo un puñero al recibir una risa burlona por parte de su tío.

El resto de presentes suspira.

"Niña bruta" pensaron al unísono.

"Niña bruta" pensaron al unísono

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Ese era uno de los días.

Se trata de uno de los pocos momentos en que la presencia de la nórdica cabeza hueca era inexistente en su palacio.

Él y la calma soledad.

Aprovecharía aquella tranquilidad pasajera para terminar las obligaciones que tenía pendiente. Quizás coma su dulce favorito mientras aprecia cómo sus tiburones se devoran a un niño que fue arrastrado por las olas.

Tantas cosas que hacer y disfrutar.

-Te noto animado, padre. ¿Sucede algo? -preguntó su primogénito al verlo entrar en la cocina, dándole paso a la servidumbre para atender a su padre.

-¿No te das cuenta? -le pregunta al menor. Tritón, extrañado, medita un poco las palabras del mayor, abriendo la boca en señal de haber entendido-. Ningún rastro de la burra de tu "amiga".

-Padre.

Regañó, sin embargo, es visible la sonrisa que se formó en sus labios por lo irrespetuoso del comentario.

-Si me disculpas, debo ocuparme de mis asuntos. -se da media vuelta cuando le es entregado una porción de cheesecake de durazno.

-¿Te gustaría ir al Inframundo?

𝙋𝙖𝙩𝙪𝙘𝙝𝙤 | PoseidónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora