Peluche | 🌸

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Poseidón lleva dos meses sin salir de su habitación.

Proteus es el único con acceso al tirano, siendo él quien da noticias sobre el estado del dios. Para fortuna de Tritón y Obrekka, Poseidón parece estar bien, aunque demasiado avergonzado como para dar la cara.

Tritón se siente culpable, sin embargo, con ayuda de su amiga, logra aligerar el peso sobre sí mismo mediante planes para sacar al tirano del cuarto. Por ahora, ninguno ha tenido éxito.

-¡¿Rechazó mi postre de durazno?!

Gritó la diosa nórdica con incredulidad, mirando cómo Proteus deja el pastel de durazno sobre la mesa. El dios menor bufa, cruzándose de brazos.

-¿Qué espera? ¿Qué mi señor acepte sus ofrendas después de traer humanos a la Atlántida? -siseó Proteus-. Por gente como tú es que los otros dioses piensan que los nórdicos son brutos.

-¡Más respeto a mi panteón!

Chilló Obrekka, mirando a Proteus de forma fulminante.

-Debe haber una forma... -expresa Tritón, mordiéndose el labio. Piensa en algo que pueda hacer salir a su padre, no obstante, ya lo han intentado con todo.

Darle su comida favorita, sus libros; llevaron a los hipocampos para que lo acompañen, pero los echó sin excepción. Tampoco funcionó traer a Hades, el cual le fue cerrada la puerta en la cara cuando Poseidón abrió para saludarlo.

Ni siquiera hizo algo cuando trajeron a Sasaki Kojiro, pensando que el tirano querría atacarlo por haberlo asesinado en el Ragnarok.

El príncipe suspira pesadamente, frontándose la frente. Mira al sirviente de su padre, observándolo con súplica. Como si Proteus entendiese esa mirada azulada, agita la cabeza en señal de rotunda negación.

-Ni pienso ayudarles en esto. -se retiró, ignorando la maldición del joven dios.

-¿Ahora qué hacemos?

Indaga Obrekka, sirviéndole un trozo de pastel de durazno a Tritón.

-¿Y si le regalamos flores? -suelta la fémina, recibiendo como respuesta una mirada fulminante por parte del rubio. Carraspeó. -. Mala idea.

-¿Y si te das como regalo? Quizás le guste tener tu cabeza colgada en su cuarto. -Obrekka mira ofendida al tritón.

-Pobre idiota. -siseó, dándole un zape al contrario.

-Hmm... -Tritón desvía la mirada, pensativos- ¿Y si le das un abrazo?

-Dudo que funcione. -replica Obrekka- ¿Qué te parece darle un peluche?

-¿Un peluche?

-Sí. -afirma-. Sé que suena infantil, pero es una forma para pedir disculpas o en señal de cariño. O bueno, siempre veo a Raiden y Thrud regalarse peluches en casa oportunidad.

Tritón entrecierra los ojos, procesando el comentario. No sabe si dicho regalo sea buena idea para su padre, mas sabiendo cómo es él. Sin embargo, es una idea que vale la pena intentar. ¿Qué podría salir mal?

-Entonces consigamos un peluche.

-Pero, ¿de qué? -preguntó la nórdica.

-De algo que le guste, obviamente. -tuerce los ojos-. Tenemos entre animales marinos, un peluche de durazno, de caballo...

-¿Y si le damos un mini Poseidón?

-¿Y qué tendría de especial?

-Qué está chiquito y bonito...

Tritón sonríe con picardía, mirando a su amiga.

-Ya te oigo con esos pensamientos, querida.

-¡Cierra el hocico!

𝙋𝙖𝙩𝙪𝙘𝙝𝙤 | PoseidónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora