Durazno |🌸

560 80 4
                                    

Ha pasado una semana desde que Obrekka reconoció sus sentimientos por el dios de los mares.

Obrekka no tiene el valor suficiente para presentarse en la Atlántida. Eso despertó la preocupación del hijo de su amor platónico, Tritón, por lo que éste empezó a frecuentar el panteón nórdico para visitar a su mejor amiga e intentar saber el porqué de ausencia.

No obstante, la diosa reniega o desvía sus preguntas con nerviosismo.

Aunque no es la única que parecía huir de las interrogantes del príncipe de la Atlántida, puesto a que el mismo tirano de los mares, Poseidón, ignora toda pregunta que se enfoque en la diosa del panteón vecino.

"Ambos se gustan, pero son muy orgullosos como para buscar al otro."

La gran diferencia de ambos es que Poseidón sigue en rotunda negación, mientras que la castaña admite —aunque apenada— su creciente amor hacia el pequeño rubio.

Tritón no es tonto, pero no pondrá en riesgo su vida nuevamente. Su padre se había enojado después de haberle dicho que estaba enamorado.

Estuvo cerca de clavarle el tenedor en la garganta, de no haber sido por Hades, que logró calmar a su padre con una sutil amenaza. No obstante, no se salvó del regaño y severo castigo que recibió al llegar a la Atlántida.

Es por eso que, mientras fue de visita al panteón nórdico, una idea surca su mente de manera fugaz, haciendo que ponga en marcha un ingenioso plan que ayude a su amiga y a su padre a estar juntos.

Pero no piensa hacerlo solo.

Pero no piensa hacerlo solo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Miren, el plan es simple.

La voz del príncipe de los mares sonó en la habitación. Los presentes le observan, expectantes.

—Necesitamos hacer que Obrekka vaya al Olimpo. Para eso le sugeriré a ella ir a la casa de la señorita Eva para preparar un postre. Si se niega, Thor vendrá y dirá que necesita ayuda para darle un obsequio a su novio.

—Que no es mi novio. —se le escucha gruñir al berserker, acompañado de unas suaves risitas de la madre de la humanidad.

—Yo le sugeriré ir al Olimpo, y Obrekka no tendrá más opción que ir. Una vez listo el postre, Hermes convencerá a Apolo para que atraiga a Poseidón al Olimpo.

—No será problema.

Sonríe el dios mensajero.

—Y cuando finalmente esté aquí, Sasaki y Adán los empujarán y los dejarán encerrados en la cocina. ¡Y listo!

—¿Y si tú plan no funciona?

Tritón frunce el ceño ante las palabras del espadachín que asesinó a su padre. Lo medita unos segundos, adoptando una postura pensativa.

—Improvisar.

—Es curioso saber que eres hijo de Poseidón. Eres tan...

—¿Imperfecto?

𝙋𝙖𝙩𝙪𝙘𝙝𝙤 | PoseidónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora