𝙋𝙖𝙩𝙪𝙘𝙝𝙤 | Poseidón

Familia |🌸

Las noticias vuelan alto. Incluso mucho más de lo que uno puede pensar.

Los rumores de la cita venidera entre Poseidón y Obrekka se esparció como la pólvora, generando, así, que los hermanos olímpicos organicen una reunión para "discutir del asunto".
Dicha reunión no debería llevarse a cabo, sin embargo, Poseidón sabe a la perfección por qué sus hermanos mayores quieren hablar con él respecto a la cita.

Obrekka no pertenece al panteón griego.

Ya había previsto lo que su propuesta iba a generar. ¡Pero él no fue el que se motivo a hacerlo! Hades tuvo la "maravillosa" idea, y él, ingenuamente, aceptó.

Aún sigue sin estar seguro de lo que siente.

No sabe si realmente siente algo por la nórdica, un sentimiento que traspase los límites de una "amistad".

Con Hades y Adamas no tendría problemas, puesto a que esos dos metidos ya sabían de la cita y de los sentimientos que lo hacen dudar de sí mismo.

Es probable que Zeus también lo sepa, aunque él siempre anda en su bola. Duda que a éste le importe si se involucra con una diosa que no pertenezca al Olimpo.

El problema serán sus hermanas.

Hestia es la única de las tres que aceptaría a Obrekka. Aún cuando ni siquiera son "algo". Pero Deméter y Hera...

No sabría que esperar de esas dos amargadas.

El tirano se tuvo que presentar ante sus hermanos. Por un momento recordó su niñez, cuando se veía como una pulga a comparación de sus hermanos. Porque hasta Zeus parecía un gigante a su lado.

Odia ser tan enano.

Al menos las botas hacen que alcance una altura decente, haciendo que, al toparse con los mayores, no se sienta minúsculo ante la diferencia de tamaño. Zeus suelta una carcajada, viendo que Poseidón intenta aparentar verse grande cuando a duras penas alcanza a Hermes.

-¡Pulguita! -Hestia es la primera en saludo, aproximándose a Poseidón, a quien abrazó. - ¿Cómo has estado?

-De maravilla...

Siseó, alejándose un poco de la mayor cuando ésta lo soltó.

-¿Cómo es eso que tienes novia? ¡Pensé que era mentira hasta que Hades me contó todo!

Poseidón fulminó al mayor con la mirada.

-No tengo novia.

-¡Claro que tienes!

Gritó Adamantino, riéndose al ver las orejas del tirano teñidas de carmesí.

-¿Después de tanto tiempo? -preguntó Deméter, entrecerrando los ojos-. Pobre de la mujer que se enamoró de ti.

-Tú has silencio, que a ti nadie te hace caso. -escupió Poseidón.

-Maldito descriado...

-Tranquila, querida hermana. -interfiere Hera, con su voz seseante y mirada recelosa-. No vinimos aquí a pelear.

-En cierto. -le siguió Hades, dando un ademán para que todos se sienten. Una vez en sus lugares, prosiguió: -. Como ya se ha comunicado, Poseidón tendrá un encuentro casual con una diosa nórdica.

-De ahí saldrá otro heredero a la Atlántida.

-Sigue jodiendo, que ni el vagabundo que tiene Hades en su palacio podrá reconstruirte esta vez.

Amenazó el tirano, inclinándose un poco en dirección del antiguo dios de la conquista. Ante la amenaza, Adamas palideció, cerrando la boca.

-Si uno de los dos vuelve a interrumpirme, me encargaré personalmente de enviarlos al Tártaro juntos. -Poseidón guarda silencio, volviendo a retomar la compostura.