Cita |🌸

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-¿Quieres salir conmigo?

La pregunta fue inesperada, capaz de detener los sentidos de la diosa al punto de atorarse con su propia saliva.

¿Qué diablos estaba pasando?

Este evento comienza semanas después de haberle obsequiado el peluche al tirano del mar. Poseidón había vuelto a dar la cara, sin embargo, en vez de pasar tiempo en su palacio, empezaba a mostrar su presencia en el Helheim.

Era extraño, extremadamente aterrador para la servidumbre del inframundo. Pero son estos los que escuchan y ven en primer plano las interacciones de los hermanos olímpicos durante aquel período de tiempo.

Poseidón se quejaba, y Hades escuchaba.

El hermano mayor se encargaba de oír cada palabra del menor, pese al hecho de que Poseidón le tiró la puerta en la cara cuando trató hablar con él la última vez.

Pocos sirvientes fueron los afortunados de oír las charlas fraternales, las cuales fueron tornándose más personales y... ¿románticas?

De ahí nacen los rumores.

Rumores que llegaron a la Atlántida.

-¿Tu padre y tu tío hicieron qué? -jadeó la nórdica, mirando con sus penetrantes ojos al príncipe Tritón.

-Según Tánatos, escuchó a Hades declararse a mi padre. -comenta como si fuera cosa de todos los días.

-¿Y eso no te sorprende? -sisea con incredulidad, apretando sus puños debajo de la mesa.

-¿Por qué debe de sorprenderme? -Obrekka frunce el ceño.

-Es tu padre, idiota, ¿no ves que Hades se le declaró?

La diosa no se da cuenta.

Pero su mirada centellante revela los celos crecientes en su interior.

-Son hermanos, Obrekka. No son como Zeus; Tánatos debió escuchar mal.

-¿Y si fuera verdad?

-¿Quién soy yo para oponerme? Seré su hijo, pero yo no estoy enamorado de él, caso contrario al tuyo, que estás tan enojada al punto de querer estampar tus puños contra la mesa.

La nórdica parpadea, dándose cuenta de su reacción.

-Oh, por mi padre... -musita desconcertada.

-Estas celosa.

-¡No, no! Simplemente no lo veo correcto.

-Hades está enamorado de alguien más -parló el rubio, mirando de reojo a su amiga-, y mi padre, aunque no se de cuenta, siente algo por ti.

-Pero-

-Si no me crees, puedes ir ahora al inframundo y preguntárselo a él mismo. -tuerce los ojos ante la falta de confianza de la fémina.

Obrekka lo medita unos momentos, antes de levantarse e ir rumbo al Helheim. A lo lejos, bebiendo un frío té helado, Tritón observa con una sonrisa divertida la actitud celosa de la diosa, viéndola irse a paso rápido del lugar.

-El amor apendeja. -dijo antes de seguir bebiendo un poco más de té.

 -dijo antes de seguir bebiendo un poco más de té

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𝙋𝙖𝙩𝙪𝙘𝙝𝙤 | PoseidónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora