little cat ♡ haobin

III.

Hanbin despertó tallando sus ojos lentamente, pero soltó un quejido cuando sintió un peso extra, abrió sus ojos lentamente para encontrarse con Hao arriba suyo, antes no había problema pues solamente pesaba a lo máximo 4 kilos, pero ahora parecía que pesaba una tonelada.

—Hao, quítate, no puedo aguantarte —en respuesta, Hao movió sus orejitas y su colita. Sí, Hanbin había terminado cortando ese viejo pantalón para que Hao se sintiera más cómodo —Vamos, ya despierta.

En respuesta ronroneo.

Hanbin como pudo, lo empujó para que rodará y cayera al otro lado de la cama. Suspiro y se levanto, camino nuevamente por su casa notando el desastre que había en la cocina, levantó su laptop miró con un poco de molestia el lugar y se dispuso hacer el desayuno.

—Regresando levantare todo —dice mientras que sirve un poco de leche en un vaso, pero se detuvo al recordar que en su habitación había alguien que también esperaba ser alimentado.

Por primera vez, hizo el desayuno para dos personas.

Y se sentía muy bien.

—¡Hanbin, Hanbin, Hanbin! —gritoneo Hao a la par que se escuchaban pasos veloces, el ahora humano se detuvo en la cocina y soltó un suspiro de alivio—. Pensé que me habías dejado solito.

—No puedo dejarte solito porque aquí vivo Hao, ahora siéntate, tu desayuno está casi listo —respondió, pero cuando se giró para dejar el plato en la mesa, se encontró con un Hao sentando en el suelo, como un gato—. Habló que debes sentarte en la mesa —el chico mitad minino ladeó la cabeza mientras que dibujaba una mueca de confusión.

—Pero no te gusta que me siente ahí, te molesta, la ultima vez me regañaste —responde moviendo ahora la cola—. Perdón, perdón, perdón.

—Sí pero ahora es diferente —se acercó y se agachó a su estatura, lo tomo del mentón y le sonrió—. Tienes que sentarte ahí, por favor Hao.

—¿No me vas a regañar?

—No, ahora come.

A duras penas Hao se levantó y se sentó, comenzó a comer con las manos ensuciando su rostro y su ropa, Hanbin reía tiernamente mientras que de igual forma comía, hasta que ambos terminaron, él castaño tomo los platos y los dejo en el fregadero, se limpió las manos y camino con rumbo al baño.

—Después de mí te darás un baño, ¿de acuerdo? —dice Hanbin mientras que abre la puerta, pero Hao lo mira con miedo.

—No me gustan los baños.

Hanbin lo miró con una ceja enarcada y decidió ignorarlo pues se le estaba haciendo tarde, cuando acabo de bañarse, se vistió y salió.

—¿Ya te vas? ¿Ya te vas? ¿Ya te vas? ¿Ya te vas? ¿Ya te vas? —preguntó Hao dando pequeños brinquitos, Hanbin tomó sus llaves y su mochila.

—Sí, Hao, ya me voy —respondió caminando hacia la puerta pero cuando Hao lo tomó de la mano y lo detuvo, giró su rostro hacia él—. ¿Qué sucede..?

Una lamida fue a parar a su mejilla derecha logrando que el castaño se sonrojara violentamente.

—¡Qué hiciste Hao! —exclama tomando distancia mientras que limpia su mejilla con su antebrazo.

El chico de rizos lo mira con los ojos cristalizados.

—Pero... Siempre te ha gustado que te despida así,¿qué hice mal? —pregunta tapando su boca para evitar que salgan maullidos.

—Ahora eres un humano Hao... —sonrojado desvía la mirada—. Ahora debes despedirte así.

Hanbin se acerca lentamente y besa su mejilla, Hao ríe un poquito y le besa de la misma forma que ha hecho Hanbin.

—¡Suerte en tu día Hanbin! —le besa nuevamente como Hanbin se lo ha mostrado.

—¿Qué harás mientras no estoy?

— Esperarte, eso siempre hago.

El castaño desvía la mirada, se siente feliz, se acerca al televisor y lo enciende colocándolo en el canal de caricaturas donde sale Tom y Jerry, Hao se acerca casi hipnotizado al televisor y se sienta delante de él.

—Puedes ver eso mientras que regresó —dice acariciando sus orejitas—. Adiós, Jjanguri.

Y Hanbin sale del departamento.