V.

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Hanbin sonríe cuando ve a Hao jugar con una bola de estambre mientras que él hace su tarea, de vez en cuando muestra sus pequeños colmillos cuando la bola de estambre se va lejos de la habitación y la tiene que perseguir.

—Hoy en la televisión vi un comercial sumamente raro —dice rascando una de sus orejas—. Eran mujeres con el cabello extraño, no eran como el tuyo o como el mío.

—Se le llaman tintes.

—¿Puedo tener un tinte rojo? —pregunta gateando hasta él, golpea lentamente su pierna llamando la atención del castaño—. ¿También puedo dormir en tus piernas de aquí a que acabas?

—Ahora no se puede Hao, eres muy grande para poder dormir en mis piernas —responde girando hacia él—. Ve a acostarte a la cama, duerme bien.

—¿Dormirás conmigo? —preguntó moviendo sus bigotes, emocionado.

—No creo que sea... —su respuesta negativa fue interrumpida por los ojitos de suplica del rizado—. Está bien... Iré en un momento.

—Me espero a que termines —se sentó en el suelo con las piernas cruzadas, con las orejas hacia arriba mientas que movía su cola de lado a lado—. Y luego también pasaron un comercial donde una mujer y un hombre se besaban... ¿Por qué se hace eso?

—Es cuando alguien quiere a otra persona.

—¿Entonces te puedo dar un beso?

El castaño se detiene abruptamente, ríe nervioso.

—No Hao, nuestro tipo de querer es diferente, no puedes darme un beso. Está mal, eres mi gato.

—¿Entonces a quién le puedes dar besos?

—Es complicado Hao, luego te lo explico.

—¡Quiero un beso, quiero un beso, quiero un beso! —maullaba cada vez más alto, casi desgarradamente. Hanbin terminó su apunte y se giró hacia Hao, acuno su rostro entre sus mejillas y sonrío.

—Algún día tendrás tu beso, tienes un año como humano para conseguirlo —le da un beso en la mejilla.

—Pero... Yo solamente te quiero a ti. Tú debes darme un beso —reniega con un puchero.

—Es hora de dormir, pequeño.

—No quiero dormir, quiero jugar toda la noche contigo —relame sus labios mientras que se separa de Hanbin—. ¡Vamos Bin! Enséñame a ser un humano como tú.

—¿Qué quieres aprender de mi? —sonrió divertido.

—A aprender a que me quieras.

A Hanbin se le borró la sonrisa.

little cat ♡ haobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora