¹⁷

619 49 5
                                    

Había logrado dormir, aunque hayan sido solo 30 minutos, pero sus ojeras aparentaban no haber dormido hace siglos. Además de que tenía sus ojos tan hinchados que ya le costaba abrirlos correctamente.

Ya eran las 11:56 a.m y Hyunjin aún no había regresado, causando que el rubio se deprima aún más.

No lo juzguen, aunque se conocían hace menos de un mes, ya le había agarrado un inmenso cariño, y cuando digo inmenso, ya sabrán a lo que me refiero (o quizás no).

Estuvo pensando durante unos segundos, y finalmente se decidió por levantarse al baño, tanto llorar le había provocado ganas de orinar.

Aunque no sabía como usar bien el baño, hizo lo mejor que pudo.

Y con "lo mejor que pudo" me refiero a sentarse en el inodoro y soltar toda la orina sin prestar atención a donde estaba apuntando realmente.

No se rían, cada vez que Felix necesitaba hacer sus necesidades, se transformaba en gato y lo hacía en algún lugar de por ahí. A veces en el patio, a veces en la calle, a veces en la alfombra, etc. Ésta última era su favorita.

Pero dejando todo eso de lado, luego de finalizar salió del baño y se dirigió a la cocina para saciar su hambre, aunque no sabía mucho de comidas humanas haría el intento.

Abrió la heladera y encontró un limón, que no estaba en muy buen estado que digamos.
Según había escuchado, esa comida te hacía hacer caras graciosas, entonces, entretenido con la idea, sin dudarlo dos veces le dió un gran mordisco al alimento.

Mala idea, ya que una fuerte sensación agria y ácida se presentó en su boca, provocando que le dieran unas grandes ganas de vomitar.

Prefería mil veces el balanceado para gatos...

(. . .)

Finalmente había terminado todas sus clases, por lo tanto salió lo más rápido posible para poder ver mas pronto al pequeño felino que lo esperaba, seguramente estaba mirando la tv o incluso durmiendo. El solo pensar al pequeño rubio descansando como un ángel, le sacó una sonrisa llena de ternura, no podía esperar a verlo.

Caminó unas cuantas calles más y finalmente llegó a su casa, emocionado, abrió la puerta y apenas entró exclamó:

—¡Felix, ya volví!

No hubo respuesta alguna, por lo tanto supuso que el pecoso seguía durmiendo. Aunque se extrañó un poco al ver un limón mordido en la mesa y un desagradable vómito en el piso de su cocina.

Bien, sea lo que sea, debía saber que demonios había sucedido mientras el no estaba.

Caminó hacía su cuarto, y en el camino pudo ver la luz del baño encendida, pero no sintió movimiento dentro así que, curioso, se dirigió ahí y al entrar un fuerte olor a orina invadió sus fosas nasales de manera asquerosa. Debería enseñarle a usar el baño.

Finalmente llegó a su habitación. Dió un suspiro profundo y entró suave y silenciosamente, aunque se asustó al escuchar unos sollozos provenientes de allí.

Confundido y asustado, se acercó al pequeño bulto que había en su cama, y al estar lo suficientemente cerca, pudo ver a Felix llorando desconsoladamente mientras balbuceaba algunas palabras que el pelinegro no entendía.

—¿Felix?

Preguntó nervioso, y se sobresaltó cuando en un movimiento rápido, el rubio se abalanzó sobre él mientras repetía una y otra vez la misma palabra.

—¡Si regresaste! ¡Volviste! ¡No me abandonaste!

Decía mientras abrazaba fuertemente a Hyunjin, el cual sin entender absolutamente nada de lo que estaba pasando, correspondía el abrazo de manera mas tranquila.

—¿Abandonarte? ¿Qué cosas dices Lix?

Preguntó nuevamente, con un tono de preocupación en su voz.

—Pensé... pensé que tú me habías a-abandonado.

Dijo entre sollozos mientras enterraba su cara en el cuello del contrario, el cual seguía confundido pero logró entender algo.

—Lix, solo me fuí a la escuela...

Respondió mientras evitaba soltar una risa que pudiera alterar mas al rubio.

Estuvieron así durante unos 15 minutos. Hyunjin pudo finalmente calmar por completo al híbrido que tenía los ojos muy hinchados de tanto largar lágrimas.

El más alto esperó pacientemente a que Felix hablara, mientras, le hacía caricias en su cabeza, provocando que el rubio ronrroneara tiernamente.

—Yo... me levanté y no te ví por ningún lado y... c-creí que te habías ido y me habías dejado solo aquí.

Contó mientras evitaba volver a llorar, a este paso se iba a quedar seco.

—Ay Felix, que cosas dices.

Respondió mientras le daba una sonrisa acogedora al mas bajo, cosa que logró tranquilizar al contrario.

—La próxima avísame, déjame una nota, yo que sé, pero me vas a matar de un infarto algunos de estos días.

Dijo exagerando mientras colocaba una mano en su corazón y exhalaba profundo.

Cosa que causó ternura en el contrario, y con los ojos brillando de amor respondió.

—Lo prometo.

802 palabras <3

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

802 palabras <3

ʟɪᴛᴛʟᴇ ᴄᴀᴛ!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora