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Llegó a su casa y abrió la puerta que, extrañamente, estaba ya abierta, no recordaba haberla dejado sin llave, incluso se asustó con la idea de que alguien hubiera entrado, pero se calmó al instante al recordar que Felix estaba dentro.

Entró y trató de no hacer mucho ruido ya que si el rubio estaba durmiendo, no quería despertarlo de su sueño.

Dejó todas sus cosas y, como hace siempre, fué a bañarse y luego fué a su habitación a ponerse su pijama.

Dormiría un poco, apenas eran las 9 de la mañana.

Se dirigió a su cama mientras daba un profundo bostezo, estaba tan cansado que podría dormir 2 días sin preocupaciones. Levantó la sábana para meter su cuerpo y poder descansar tranquilamente, pero se golpeó internamente cuando se dió cuenta que Felix se estaba moviendo.

Creyendo que lo había despertado, abrió su boca para susurrar un "perdón", pero se calló instantaneamente cuando el rubio al darse la vuelta no abrió los ojos, lo que significaba que no se había despertado en absoluto.

Aliviado, dió un pequeño suspiro y siguió con lo que estaba haciendo.

Cuando finalmente se acomodó por completo, se dedicó a apreciar la cara del híbrido por unos segundos.

Felix era hermoso, de eso no tenía duda alguna.

Tenía una piel blanca de porcelana que era decorada por sus hermosas pecas, las cuales parecían pequeñas estrellitas, una nariz fina y respingada que le daba un aspecto inocente, siguiendo con unos labios rojos y pomposos en forma de corazón. Ni hablemos de sus ojos, sus bellos ojos, los cuales tenían un color verde lima que pasaban a verde oscuro cuando se encontraba enojado, sus pestañas tan largas y hermosas, las cuales estaban perfectamente ordenadas, y finalizando con su delineado natural que le brindaba profundidad a sus parpados.

Hyunjin juraba que Felix era lo mas cercano a un ángel.

Se perdió tanto en su cara que no se dió cuenta que poco a poco sus ojos se estaban cerrando, haciéndolo caer en un sueño muy profundo.

(. . .)

Abrió los ojos asustado, ya que había escuchado un fuerte ruido provenir de la sala. Primero se fijo, si Felix se encontraba al lado suyo, y al darse cuenta que no, se desesperó aún mas.

Se levantó rápida pero silenciosamente mientras pensaba en que algo le pudo haber pasado al pequeño rubio. Asustado por esa idea, fué saliendo lentamente de su habitación, mientras intentaba ser lo mas silencioso posible.

Al llegar al final del pasillo, se agachó y se asomó por la pared, tratando de no verse en lo mas posible.

No vió nada, por lo que, juntando toda su valentía, se levantó tratando de no hacer ruido alguno y caminó en dirección a la cocina.

Su campo de visión se amplió, entonces pudo ver mejor toda la sala entera, pero su miedo incrementó aún mas al no ver nada nuevamente. Se sobresaltó cuando escuchó otro ruido, pero éste provenía del baño, lo cual lo asustó aún mas, ya que no sintió nada al pasar en frente de esa habitación.

Dió un suspiro profundo y caminó hacia el camino que acababa de recorrer.

Cuando finalmente estuvo frente la puerta esperó un poco mas antes de entrar, para intentar escuchar algún ruido.

Pero el silencio fué lo que obtuvo como respuesta, por lo tanto se decidió por abrir finalmente la puerta.

Iba a dar tres suspiros profundos antes de hacerlo, se tenía que preparar por si lo que se encontraba dentro de esa habitación era muy malo para su salud mental.

ʟɪᴛᴛʟᴇ ᴄᴀᴛ!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora