EL ENFRENTAMIENTO Y EL ESCAPE.

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Nuestra platica continuo su curso, todos teníamos dudas, incluyéndolo a el, cuando llega un mensajero, con noticias desde el Atalaya.

-Mi señora, hemos visualizado lo que podría ser un grupo de monstruos que se disponen a atacar la puerta.-La conversación paro, atamos a Ban de las manos con cuerdas mágicas y todos bajamos hasta el piso inferior, custodiando a Ban en todo momento, mientras bajamos, pedí mas detalles del informe y me dice.-Al parecer, se trata de un grupo de Golems de fuego no muy peligrosos, de rango C aparentemente, pero lo que nos preocupó, fue el segundo monstruo que les acompaña, se trata de un Coloso de Magma Semi-Solidificada, posiblemente de rango AA, creen nuestros hechiceros.

Todos callaron, cuando escucharon un estruendo afuera, no hubo tiempo de preparar a los soldados para la batalla, y tuvieron que luchar sin la armadura completa.

La batalla fue dura, muchos de los míos murieron, y la mayoría estaba angustiada por no saber que hacer cuando llegase el Coloso.

Pero no era momento de pensar en eso, teníamos que poner a los aldeanos y a los sirvientes del cuartel a salvo, haci que nuestras fuerzas estaban divididas y no teníamos por ende, la misma fuerza de ataque.

Cuando resonó un rugido de furia por todo el lugar... Ya era muy tarde para todos, el Coloso, había llegado...

Yo,con 15 magos muy poderosos y 100 de mis hombres, dejamos las filas y nos dirigimos hacia el Coloso para atacarlo, pensando que, con mi fuerza y magia, incluyendo el apoyo de los magos y el trabajo de los soldados, podríamos derrotarlo; Nuestra batalla no fue muy duradera, apenas y pudimos atacarlo, el Coloso, de un solo golpe, nos venció a todos, nos tuvimos que retirar al cuartel.

En nuestra huida, el Coloso nos perseguía, pero nuestros caballos fueron mas rápidos y logramos dejarlo atrás, pero no por mucho tiempo.

Al llegar, pedí que curaran a los heridos de gravedad, para que pudieran volver a la batalla, cuando me percate que hay estaba Ban, sentado en la entrada del cuartel, como si nada de eso pasara.

Me enfurecí con el y le grite.-Porque estas aquí sentado, estas consciente que si no ayudas en algo, tu también morirás!!-El solo me quedo mirando, susurro unas palabras y repentinamente, un campo de fuerza rodeo a todo el cuartel, evitando el paso al Coloso y reteniendo a los Golems, algunos se quedaron dentro del campo de fuerza, pero fueron pocos, el tranquilamente, levantó las manos, mostrándome la cuerda que lo aprisionaba y me dijo.-Si quieres salvar a todos, desátame y ven conmigo...

Lo desaté, pero no quería ir con el, tenia que volver a la batalla, pero se dio cuenta de ello y me alzó en sus brazos, intenté resistirme pero no pude.

Empezó a subir las gradas corriendo, hasta llegar al cuarto en donde estábamos anteriormente, me bajó y cogió todas sus cosas, llevándose la maleta a la espalda, la espada en una mano y un objeto que no sabia que era en la otra.

Que es lo que tra...-Me silencio poniéndome un dedo en mis labios y me dijo.-Si sabes magia, o algún método para hacerme ir donde esa cosa, hazlo ahora, mientras hay oportunidad.-Lo quede viendo incrédula, sin saber que decir, el me mira y suspira.-Ajjmmm... Supongo que no sabes una forma, entonces tendré que hacerlo yo mismo, por lo que vi antes, cuando intentaste atacar al Coloso, usaste magia, eso me servirá, mira, intenta concentrar tanta energía en tus manos y, cuando yo te diga, repite "Ink-Rants-Eth" y hechame el conjuro a mi, una vez yo salga volando por esa ventana, baja y ordena la evacuación de todos, incluyendo la de los prisioneros, ya que las cosas se pondrán feas por aquí, el escudo no aguantara más.-Hice lo que me pidió, me concentre y acumulé tanta magia como pude en mis manos, esperando su señal.-Ahora!-Gritó, se lo eché y salio volando en el mismo momento en que el escudo se rompió, baje apurada las gradas y ordene a todos una evacuación inmediata.

Adelaide.-

Baje hasta las mazmorras, con unos cuantos soldados y jale la palanca que abre las celdas, les grite que salieran, si no querían morir y los prisioneros salieron, confusos por no saber lo que sucedía.

La evacuación de la pequeña aldea, la de los sirvientes y la de los prisioneros, duro un buen tiempo, pero, por alguna razón, nada había sucedido aún, ni un estruendo por el Coloso, ni los sonidos de las espadas chocando contra los duros Golems, creí que la batalla había terminado. Pero, aún de todas formas, continué con la evacuación.

Bancrein.-

-Salí volando por la ventana como planeé, ahora, solo falta destruir a esa cosa y...-. No hubo tiempo para seguir pensando, el Coloso le había lanzado un golpe, pero lo esquivó a tiempo, para mala suerte, el golpe destruyó el cuartel, el cual se consumía en llamas por el magma del puño del Coloso, pero por suerte, ya no había nadie en el cuartel, la evacuación había terminado; En el proceso que caía al suelo desde el aire, Bancrein, se llevo el pequeño objeto a la boca y de el, se produjo un dulce sonido, que resonó por todo el lugar, una vez terminó la melodía, en el pecho, se produjo un círculo mágico, con un resplandor muy intenso, del cual, salió una Gran Ave Rojiza, envuelta en llamas, la cual producía temor antes quienes la observaban, cuando la ave salio por completo del círculo, emprendió vuelo y recogió a Bancrein en el aire, el cual se quejó por el dolor que le produjo las llamas de su familiar, pero soportó el dolor.

La gran ave, descendió hasta el piso, para que su amo bajara.

Una vez Bancrein toco piso, la gran ave emprendió vuelo nuevamente, dirigiéndose hacia el Coloso y, con un ligero y ágil movimiento, atravesó el pecho del Coloso.

El Coloso, grito enfurecido y adolorido, pero ya nada podía hacer, el ya murió en pie, su cuerpo, inerte, cayó de rodillas y finalmente, estampó su rostro contra el piso, dejando escapar su último aliento de vida. Todo mundo gritó de alegría, al ver que los Golems huían despavoridos, ya que su líder había muerto.

Una vez mas calmadas las cosas, Adelaide llamo a la vice-capitana del que había sido su cuartel, la segunda al mando de la Puerta de Fuego, Bárbara.

-Mi señora.-Dijo en señal de respeto.-¿Que desea?

-Busca y traeme a Bancrein, necesito hablar con el.-Bárbara asintió y fue en busca del muchacho.

Al cabo de unas horas, vuelve Bárbara, pero sin nadie que la acompañase.

-Mi señora, me han entregado reportes de que no hay rastro de Bancrein, me informaron que después de que venció al Coloso, desapareció, montando nuevamente en esa ave extraña.

-Ya me lo esperaba, bueno... Recoged a los heridos, curarlos y que se preparen para un largo viaje, nuestro cuartel a sido destruido y debemos ir por ayuda, haced que la mayoría de hombres que puedan moverse, custodien a los prisioneros y los demás, que protejan a los aldeanos y sirvientes, no sabemos si esos Golems se han ido por completo, o si queda alguno en los alrededores.
-Como ordene, mi señora.

En algún lugar del bosque, entre lo que quedaba del cuartel y la Puerta del Fuego...

-Me eh salvado, no quería seguir en ese absurdo interrogatorio y tengo prisa, para suerte, salió ese Coloso con los Golems; Ahora, debo concentrarme en entrar a la ciudad, pero... ¡¡DONDE ESTOY!!

Se sienta en la hierba.-Veamos, según recuerdo lo que me dijo esa chica, si el cuartel estaba al Oeste de donde estoy, y la puerta estaba atrás del cuartel, entonces... Creo que debo ir hacia el Este.(Suspira)Ajjmmm, bueno, tengo un largo camino todavía y el tiempo se me acaba.

-General, los hombres ya están curados en su mayoría y se están alistando para el viaje, ¿Que mas debemos hacer?

-(Se pone a pensar)-Llévate a todos a la Puerta del Relámpago, al Suroeste del reino, una vez allí, solicita una audiencia Heribert, el comandante del cuartel que custodia esa puerta, dile que vas de mi parte y explícale la situación, el les dará asilo en sus tierras y se encargará de explicarle al Consejo lo que a sucedido aquí; Yo iré en busca de ese muchacho y le obligaré a responderme mis preguntas, y averiguaré que es lo que busca...
-Como ordene, mi general.

Al poco tiempo, las caravanas estaban preparadas para salir a su destino y, Adelaide, se despidió de Bárbara, la vice-capitana, su vieja amiga y, se desearon suerte mutuamente.

El viaje había empezado...

El Hada y El Mago.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora