El Hada y El Mago.

LA SALVACIÓN DE SOPHIE - PARTE 1.

-Pueden ser pocos.-Les grita un General a todas las tropas.-Pero aún así, continúan siendo los Guardianes, enemigos de temer, ataquen constantemente y si alguien tienen la mas mínima oportunidad de matar a un Guardián, hágalo, su recompensa será inmensa.-Al decir esto, todas las tropas gritan fuertemente, elevando sus armas al aire.

El General dio la señal y, todas las tropas mágicas empezaron a lanzar conjuros, mientras que otros usaban catapultas para lanzar rocas, bolas de fuego, trozos grandes de madera...Todo aquello que sirviese para ocasionar daño.

Al cabo de un tiempo, el ataque frenó repentinamente, ya que todos los soldados observaron una fuerte luz blanca en el lugar que estaban atacando, el General al ver esto, ordenó que todos dejaran de atacar a distancia y se prepararan para un combate cuerpo a cuerpo; La orden fue acatada por todos, haciendo que de esta forma, dejaran catapultas y empezaran a preparar sus armas.

-Mi General.-Dice un Elfo, acercándose a un Orco montado encima de una bestia.-Todas las tropas están listas como usted pidió, esperan ordenes, mi señor.

-Diles que apenas suene la trompeta de guerra, todos se dirijan al lugar donde vimos a los Guardianes y los asesinen.

-Como ordene mi señor.-El Elfo, hace una reverencia rápida y se retira.

-Hay algo que me incomoda.-Dice el General a un soldado que estaba a un costado, cargando lo que parecía ser, la trompeta de guerra.

-¿Qué le incomoda, mi señor?-Pregunta el soldado.

-Después de todo este tiempo atacando a distancia, ese prado no parece tener ningún daño en si, solo hay 2 pequeños cráteres ocasionados por los lanzamientos de advertencia, pero de ahí, no hay rastro de alguna explosión, destrucción o incluso un incendio...Me pregunto si esa luz que vimos hace un momento tiene algo que ver, o será acto de los Guardianes.-Al decir esto, carga un brazo sobre el lomo de la bestia que estaba montando y, se agarra la barbilla, intentando pensar en que es lo que estaba pasando.

-Quizás yo pueda responder a su pregunta, General.-Dice una voz serena, desde arriba del General.-No hay daño ni destrucción, porque yo me encargué de destruir todo antes de que cayese sobre el prado.-En ese momento, el General y los soldados que alcanzaban a oír la voz, regresaron a ver sorprendidos a quien decía estas palabras.-No me es conveniente que usted y sus tropas asesinen a los Guardianes.

-¿Quien eres tú y que haces aquí?-Le pregunta el General.

-¿Yo?-Responde.-Me llamo Bancrein.-Responde con una sonrisa.-Y vengo a asesinarlos a todos...

-¿Asesinarnos dices?-El General hecha a reír.-No podrás ni con la mitad, puede que estés diciendo la verdad, pero ese nivel de fuerza no te servirá para detenernos, solo mira, tú eres uno, mientras nosotros somos 130.000, ¿Que te hace pensar que podrás contra nosotros?

-Esto.-Responde Bancrein, llevándose otro de sus objetos para convocar a un monstruo a la boca, lo hizo sonar, produciendo una hermosa y tranquilizante melodía, al terminar, un trueno blanco cayo justo detrás de Bancrein, resonando muy fuertemente en todo el lugar, una vez el trueno terminó, dejó un cráter muy grande, del cual salió un Liger blanco con rayas negras; Bancrein descendió del cielo y se colocó junto con el liger...

-¿Qué es eso?-Pregunta el General, sorprendido por ese acto de convocación.

-Es un Liger Celestial, es mi mascota desde que era una cría, tiene el mismo pasado que yo, y por eso lo considero muy importante en mi vida.

-Un Liger.-Repite el General.-Pensé que solo eran un mito, que su existencia es imposible en este mundo...

-Pues no es imposible, tienes uno frente a ti, así que no puedes negar su existencia.