Capítulo 18: "Mal padre"

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Esto que voy a mostrar es unos meses antes, ya saben, cuando a penas Sasuke se había ido, o sea, el día uno que Hiruzen se lo llevó.
...

Los billetes se mueven entre sus dedos terminando de contar otra paca de billetes, ya iba por la número ocho y le parecía mucho dinero. Vuelve sacarle humo a su cigarro y lo deja sobre el plato de cristal. Seguía contando sin dejarse llevar por el remordimiento. Ni siquiera sentía nada, más bien le liberaron un peso de encima. Tener que mantener a un Omega era de lo peor pasa Fugaku, por eso fue que se buscó una Beta, así él siendo Alfa podía engendrar hijos de esa misma casta, pero no. El menor le salió de la mugrienta casta de sumisos y débiles.

Debido a que pensaba dejó de contar, así que tuvo que reanudar su cuenta. En eso su teléfono resuena en la oficina solitaria. Él deja que suene un poco más, ya interrumpió su cuenta de nuevo y gruñendo lo agarra para atender.

—¿Qué? —ni siquiera vió el nombre, simplemente descolgó la llamada con la huella dactilar.

—¡¿Cómo por qué y para qué le enseñas combate a un Omega?! —se tuvo que alejar la bocina del oído. Lo reconoció de inmediato, era el viejo Sarutobi.

—¿No es lo usual? ¿Para que quieres un maldito sumiso en tu vida? Tú mismo viste que Sasuke no es un Omega ordinario...—toma entre sus dedos el cigarro que se estaba consumiendo solo —. Además, no tengo que darte justificación de una mierda —exhala el humo, recostado se su cómoda silla.

—¡Hicimos un trato! Y esto no lo puede corregir. Ese desgraciado se fue, dejó a varios de mis hombres heridos por sus propias armas. ¡¿Por qué le enseñas a un Omega el manejo de armas?!

Fugaku se sienta rápidamente, y sonrió. Eso no lo esperaba de Sasuke. No entiende como pudo escapar si tenía droga corriendo en su sistema. Tal vez lo subestimó. Pero ya es tarde para corregir su error.

—¿Me estás oyendo, maldito? Voy a ir por ti y tomaré tu vida por la del Omega que me "vendiste" —esa amenaza al Uchiha no le hace ni cosquillas. A estado en situaciones peores.

—A ver, viejo —juguetea con uno de sus bolígrafos —Te quedas calmado. Yo volveré a encontrar a Sasuke y tú me dejas tranquilo, ¿estamos?

—Ningún puto "estamos". Te estoy hablando de algo real. Realmente ese Omega se fue de aquí y asesinó a varios —frunce el ceño —Y tú tienes la culpa de todo.

Suspira asqueado por la situación que se está tornando —Si, si, lo que tú digas, Sarutobi.

...

En ninguno de esos días el viejo se reportó. Ni tampoco sus secuaces. Por un momento creyó que lo matarían uno de esos días. Pero no. Estaba de suerte esos días.

Ya había pasado una semana desde que Sasuke había huido de las manos del Yakuza. Si pudo contar bien, ya llevaba una semana, o tal vez varios días. No sabía con certeza.

En ese momento se escuchó la puerta de sus despacho estamparse fuerte. No se asustó ni nada, solo levanta la vista para conseguir la de su primogénito hecha una furia fuerte. Casi pudo jurar que sus ojos estaban rojos.

—¡¿Me puedes explicar por qué vendiste a mi hermano, a tu hijo, a un maldito Yakuza?! —exclamó demasiado molesto. En esos momentos no estaba para jugar.

—¡Itachi, hijo! ¿Pero cuál es esa manera de llegar y de saludar a tu padre? —habla fingiendo estar dolido por el mal trato que Itachi le dió.

—Y finges demencia —se relame los labios y se aprieta fuerte los dientes para contenerse y no abalanzarse encima de él.

°☆。* ʜᴇʀᴍᴏsᴏ ᴏᴍᴇɢᴀ *。⁠☆°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora