Capítulo 17

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Draco se miraba emocionado en el espejo poniendo frente a sí la camisa y el saco que pensaba vestir el día de su boda. No era ni la milésima parte de lo lujoso que había soñado que fuera su túnica de bodas, sin embargo, sentía que en cierta forma, era más honesto vestir esto. No era lujoso, ni era glamoroso, pero los había comprado con mucho esfuerzo y jamás había tenido oportunidad de lucirlo.

Draco se giró hacia Toby sonriendo y se movió para él, "Toby, ¿Te gusta? ¿Me veo bien?", y su gato le miró irritado y se fue hacia la cocina. "Gracias", dijo Draco, "Yo también te amo", y alzando la nariz con orgullo volvió a observarse pensando si debía cortar su cabello y por cuánto le saldría si iba a ese salón de belleza que había visto cerca de su Café. En ese momento, sonó la puerta y Draco gruñó malhumorado asumiendo que era Favio.

"¡No quiero flores ni presentes de tu parte! ¡Tampoco deseo que me invites a un juego de futbol! ¡Ya te dije que pronto voy a mudarme así que no tiene sentido que te invites a vivir conmigo!", dijo y abrió la puerta de golpe mientras con la otra mano aún sostenía el saco azul oscuro. Pero cuando abrió la puerta, quien le miraba con tristeza en los ojos era Charlie.

"Oh, bueno, no te traje flores, tampoco entradas para el futbol, y considerando que pronto serás mi cuñado, no creo que sea conveniente que vivamos juntos", dijo mirándolo burlón y Draco arrugó la cara avergonzado y luego rió ruborizado.

"Pensé que eras Favio", dijo aún entre risas.

"Oh, eso sí es un insulto", dijo Charlie y Draco rió más aún.

"¿Deseas pasar?", dijo intentando ser amable con su futuro cuñado y este asintió, así que se hizo a un lado y Charlie entró a su sala.

Charlie le observó y señaló el saco en su mano, "Oh, ¡el traje de la boda!", Draco le miró confuso y luego miró su mano y se avergonzó, fue y lo puso en su mesa y se giró hacia Charlie con timidez. Este se rebuscó en el bolsillo, sacó un paquete mal envuelto y lo agrandó un poco con su varita, y se lo pasó a Draco.

"Solo quería darte esto antes de que quede enterrado entre los regalos de boda" y Draco lo tomó con curiosidad. "Fui a hacer una vuelta para Mamá en South Kensington y vi esto en una tienda de regalos... no pude contenerme", cuando Draco lo terminó de abrir, sintió su corazón caer a sus pies. Era una pequeña bola de cristal de esas que están rellenas con agua y pequeñas piezas que simulan nieve y que flotan pareciendo una hermosa nevada, pero en el centro, había una torre Eiffel dorada con pequeños detalles de París a su alrededor. "También toca música", dijo Charlie sonriendo y mirándolo con su cabeza de lado.

"Es París", dijo Draco simplemente, conmovido por el gesto.

"Si, París", dijo Charlie asintiendo y apretando los labios con algo parecido a la tristeza.

Draco agitó la bola de cristal y vio la nieve flotar alrededor de la torre, y levantó los ojos húmedos hacia Charlie y dijo "Gracias", sin saber qué más podía agregar para demostrarle su agradecimiento y cuánto le había gustado, "es muy hermoso".

Charlie se hizo atrás acercándose a la puerta y mirando al suelo momentáneamente, y como dudando volvió a hablar, "En verdad creo que Bill es un tipo con suerte", dijo asintiendo un poco y Draco sonrió.

"Gracias", dijo y se quitó algunos mechones de cabello de la frente un poco nervioso.

"Tenía que decírtelo", dijo Charlie, "Antes de que te conviertas en mi cuñado".

"Oh", dijo Draco y rió un poco, "Supongo que ahora nos veremos con frecuencia", y Charlie se encogió de hombros.

"En Navidad y cosas así", dijo con voz ronca, "Apenas pase la boda, volveré a Rumania", y mirándole con anhelo, se aclaró la garganta y le dijo, "Es mejor que me vaya" y se giró hacia la puerta y Draco solo asintió, pero cuando Charlie salió hacia el pasillo, Draco le siguió y le llamó por su nombre.

"¿Dime?", dijo Charlie con expresión esperanzada.

"Dame una razón, una que creas con sinceridad, por la cual no deba casarme con Bill" y Draco le miró anhelante pero el rostro de Charlie solo se entristeció y negó con la cabeza.

"No se me ocurre ninguna", dijo con voz ronca, Draco se sintió decepcionado, asintió y se despidió con una mano y volvió a entrar a su piso, se sentó en su pequeño sillón, y jugueteó tristemente con la bola de cristal mirando como la nieve caía sin fin sobre la dorada torre.

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Al día siguiente, Draco entró a la pequeña oficina de Loraine, donde esta estaba concentrada haciendo cuentas, y puso un pequeño sobre su escritorio. Loraine lo tomó y le miró expectante, "¿Qué es esto?", dijo mirando el sobre como si fuera un objeto inentendible.

"Una invitación a mi boda", dijo Draco cerca de la puerta, señalando el sobre con aire petulante, y luego intentó huir pero Loraine jadeó.

"¡Detente allí, Draco Malfoy!", dijo alzando la voz y Draco sacudió las manos y se dio media vuelta hacia ella.

"¿Acabas de decir a tu boda?", dijo mirando el sobre y luego a Draco sin poder creerlo.

"¡Sí!", dijo Draco con la barbilla en alto.

Cuando Loraine le miró inquisitivamente y con cara de pocos amigos, le dijo amenazante, "¿Con quién se supone que te casas?"

Draco se acercó, le quitó el sobre, sacó la invitación y la puso frente a su rostro, "¡Con William Weasley!", dijo acercándosela más a su cara.

"¿El Señor Coma?", dijo Loraine consternada cuando Draco intentó huir otra vez. "¿Acaso perdiste la poca sensatez que te quedaba?", preguntó sin que quedara duda que pensaba que debían encerrarlo en un manicomio.

"Oh, sí, he perdido la cabeza, Loraine", dijo con sarcasmo. "Todos los días me paso ocho horas de pie frente a un mostrador, trabajo los días feriados, me alimento como un canario y apenas puedo mantener a mi gato, que por cierto, es la única familia que tengo y ni siquiera me ama. Ahora un hombre de negocios guapo y muy bien posicionado, piensa que soy lo mejor que le ha pasado en su vida, desea que me una a él en santo matrimonio, ¡y por supuesto que lo voy a hacer! Si eso me convierte en un lunático, entonces, lo soy, ¡si señor!", dijo haciendo gestos amplios con sus manos y mirando a Loraine algo molesto.

Loraine entre tanto leyó la tarjeta y volvió a mirarle sin poder creerlo. "Pero... Draco, ¡esto indica que te casas mañana!"

"¿Acaso crees que no lo sé?", dijo Draco exasperado y moviendo su peso de un pie al otro impaciente. "¡No sabes cómo desearía que hubiera sido ayer, o el día anterior! ¿Porque sabes qué sucedería en este momento?, que ya estaría de luna de miel, ¡tal vez camino a París y no en este Café hablando contigo mientras estoy asustado pensando que el día nunca va a llegar, y que ese sería el único chance que tendría de volver a pisar suelo francés en mi vida!", y miró con angustia y rabia el rostro atónito de Loraine que le veía como sin poder reconocerle.

"¿Y qué sucedió con el hermano?", preguntó Loraine con voz calmada.

"No me quiere", dijo Draco negando con expresión torturada, "incluso fui tan patético que le di una oportunidad de pararlo todo", y negó con la cabeza con más fuerza, "ni lo pensó", y se giró y salió de la oficina con expresión derrotada cerrando la puerta tras él.

Al Ver que DormíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora