El verano ya olía a otoño, por ende, las lluvias empezaban a no escasear asiduamente y los cultivos de poca agua iban dando menos frutos por las condiciones de la tierra. Aun así, los rayos de sol seguían quemándome la nuca en todos los siguientes días tras la conversación con Abby, mi mente divagaba de vez en cuando, pero el mantenimiento de los cultivos y los ruidosos sonidos que provenían de las vacas, ovejas, cabras, gallinas y patos no dejaban hueco en mi cabeza aparte de dolor.
Exactamente todos los días tras esa caótica conversación no había salido de la granja, no por nada especial, solamente no quería encontrarme a nadie que me diese a pensar más de lo que ya lo hago todas las noches sobre el tema. Por eso amaba los animales, no daban signos para que me quedase pensando en aquel chico de pelo azabache y ojos como amatistas escondidas entre restos de carbón, aquel estúpido chico que su carácter se asemeja al de un gato negro.
Me senté rendida en el suelo.
Sin embargo, las plantas a veces eran traicioneras, el aire cuando venía del Noreste me dejaba en las fosas nasales ese aroma fresco de montaña que caracterizaba a Sebastian.
Me eché hacia atrás llevándome las manos a la cabeza.
¿Lo peor de todo? Ahora tras la conversacioncita sobre él cada vez que nombraba su nombre mis comisuras subían como un balancín sin poder resistirlo.
"Mierda, el dolor de cabeza es cada vez peor", pensé frunciendo el ceño.
En estos días donde el elixir de la vida me quitaba la propia mis amigos venían de vez en cuando, Sam y Abigail solían hacerme visita nocturna para noche de pelis, realmente en esos momentos me hacía falta la presencia de mi amigo el menos antipático con desconocidos, también Leah cada día con una ensalada de distintos ingredientes, Elliot con algún verso sobre olas y amor. ¡Y hasta Shane me había visitado! Dijo que no verme un viernes en el Salón Estrella Estelar era algo por lo que preocuparse, apenas pude contestar que se tomase una birra a mi nombre el viernes que viene al recordar la causa de mi ausencia en aquellos habituales festejos esos grandiosos viernes por las noches.
Verle un viernes rodeado de Abigail y Sam en la zona de Arcade era algo que no me convenía, al menos no para mi ajetreada mente ocupada de las mismas tonterías.
Me derrumbé en el suelo. ¿Qué sentido tenía este agobio que me consumía hasta los capilares? ¿Tanto era que no me dejaba hacer mi rutina semanal? Pensé que estaba exagerando, pero no me convenía emocionalmente.
—Por Yoba y sus mensajeros, que mi Dios me llevé hasta las nubes de la claridad y quitarme este peso de encima.
Repentinamente tuve que sujetarse la cabeza por la sensación de una implosión en ella, mis oídos pitaban desorientados, mis parados apretando con fuerza los contrarios y mi ceño tensado por el incremento de dolor de cabeza. Sentí que me zarandeaban con una preocupación considerable, cuando pude abrir de nuevo los ojos sin el molesto pitido de oídos pude ver a Abby preocupada por mi estado actual.
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-𝐁𝐮𝐥𝐥𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐒𝐢𝐥𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨𝐬𝐨- (Sebastian/Stardew Valley)
FanfictionEl abuelo de ______ antes de fallecer le da su querido tesoro a sus nietos, su granja situada en Pueblo Pelícano. Donde encontraras grandes aventuras, felicidad, amor y misterios, entre ellos la magia que la persigue en forma de una manzana. ¿Que pa...