-𝐁𝐮𝐥𝐥𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐒𝐢𝐥𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨𝐬𝐨- (Sebastian/Stardew Valley)

Capítulo 10

No quiero ser pesada, pero un aviso rápido por si las moscas. 😖 También tengo una historia de Sam terminada.

Chao, no os quiero molestar más.

-𝐏𝐞𝐥𝐢 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐦𝐚𝐧𝐳𝐚𝐧𝐚𝐬-

M

e desperté con una pequeño mareo y cansancio en el cuerpo.

—¿Eh? —solté. Sentí que agarraba con fuerza algo suave que gracias a la poca luz que había en la desconocida habitación me obstaculizaba la visión para poder saber que era, con algo de dificultad conseguí orientar mi vista en la oscuridad, pero no me esperaba encontrarme de esta forma.

Al subir la mirada vi los delicados rasgos faciales de Sebastian, sus ojos cerrados por el sueño mostrando a poca distancia de mí sus largas y rectas pestañas, su recta nariz, mechones azabaches con un brillo púrpura dispersados por su rostro más la relajada respiración que le daba un toque angelical.

Mis mejillas ardían en menos de un segundo por la repentina aproximidad con Sebastian, me apoyé en la cama hundiéndola un poco para ubicarme mejor vi que había usado su brazo de almohada seguramente toda la noche... Espera... Toda la noche...

Flashback

—Vayamos ya a ver la película o alguien nos verá — Sebastian me agarró del brazo y tiró de mi para irnos de una vez por todas a ver alguna película.

En apenas unos minutos habíamos entrado en su casa, aparte, entrar a su habitación no nos resultó ninguna complicación porque todos estaban en el Salón Fruta Estelar.

—Ven, pongamos una película que nos gusté a los dos —tomé la banqueta libre del otro ordenador y las puse junto a la suya para estar cómoda.

—¿Que te gusta ver? —preguntó —. Para poner gustos en común y poner la indicada.

Me quede pensativa —Pues me gustan las de miedo, acción y comedia, sobre todo.

En base a eso buscamos una de acción porque a los dos nos gustaba, también las de miedo, pero después de beber no es la mejor opción. Vimos unas cuantas, aunque muchas de las que veíamos interesantes ya la había visto alguno de nosotros y la gracia era que lo viésemos los dos una nueva.

—¿Esta? —con cuidado señale una, cuya película tenía portada llamativa.

—¿Historia entre aquellos bandos? —preguntó asegurándose de qué era esa.

—Sí. ¿O ya la has visto?

—Que va, ni siquiera me suena el título. Veamos la descripción.

La descripción estaba de fábula, no hacía mención a nada relevante en la película y a la vez te dejaba con el misterio y la curiosidad de verla.