Capítulo 9 - Nuevas sensaciones

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La pelimorada encontró a Link haciendo guardia, mientras cuidaba de las espaldas de Kanami y Zelda, quienes examinaban a una criatura de metal oxidada y antigua llamada "gólem". Ella conocía a Link sólo por lo que le había contado su amigo Mahiro, su amistad desde que ingresó a la armada de Hyrule. Era la primera vez que lo veía en persona.

—Buenos días, líder Link. Soy Riihna, la nueva soldado de la armada. Es todo un gusto y honor conocerlo. He venido a prestar mis servicios, estoy a sus órdenes.

— Buenos días, ¿eres tú la amiga de Mahiro?

—Sí, señor. Él me ha hablado de usted numerosas veces.

Link ahora tenía que molestar a Mahiro. Le daba gracia la cara que podría tener su amistad cuando le avisara de su llegada.

—Interesante, el gusto es mío. Permíteme guiarte a tu labor. Pero primero le hago saber a los investigadores que me ausentaré unos minutos.

...

—Esta pieza de su cabeza es desplegable. Parece que puede usarse como arma. ¿Crees que pueda implementarse al armamento de los soldados? -decía Zelda mientras miraba el accesorio de la cabeza del gólem oxidado con detenimiento. Kanami no le contestó. —¿Me oíste? ¡Kanami!

—¿Me hablabas? -preguntó él, apenado.

—Estás muy raro desde hace días. ¿Qué pasa?

La cercanía entre ella y Link, ese era el problema. O eso se negaba a aceptar. Él culpaba a Link por alentarla a ponerse en riesgo y por haber sido víctima de la batalla. Su lugar era con los investigadores, no a meterse al peligro en medio de esos ruines monstruos.

—Zelda, la verdad me preocupa que te pueda pasar algo de nuevo. -explicaba el sheikah alterado. —Aquello no fue nada, pero si te vuelve a repetirse... yo me voy a sentir terrible. No debiste haber ido con ese caballero a entrenar.

—¿Estás diciendo que está mal querer aprender a protegerme? -Zelda se sintió ofendida, creía que él le apoyaba en esa decisión.

—Al principio fue fácil estar de acuerdo contigo, pero después de ver lo que te pasó, estoy en dudas. Hasta te vi una vez muy triste por ello, con mucho remordimiento. -dijo refiriéndose al día en que Link fue a consolarla. Antes de eso, la había visto con los ánimos por los suelos, por eso cree que todo el día estaba arrepentida.

—Kanami, no soy una experta manejando armas. Por eso sigo aprendiendo. La próxima vez seré más cuidadosa.

—¿Osea que no vas a dejar de ir con ese soldado?

—Ese soldado es mi amigo, se llama Link. Y si, voy a seguir practicando. Pero no me voy a presionar, él me ha hecho entender que hay que ser paciente en el arte de la defensa. - contestó ella decidida.

Mientras tanto, el paladín se acercó para avisar de su pendiente, pero se dió cuenta que entre Kanami y Zelda algo no iba bien, más no hizo nada para no incomodar.. La chica se percató de que Link se acercaba, así que rápidamente cambió de tema para evadir más tensiones de las que ya había.

—¡Link! ¿Ocurre algo?

—Voy a guiar a una nueva auxiliar, no me tardo más de 10 minutos. Dejaré a alguien más en mi lugar y después volveré a hacer guardia, ¿de acuerdo?

Riihna a lo lejos miraba a Link hablar con Zelda. No era difícil notar como se miraban mutuamente, había algo entre esos dos que se notaba a leguas. Eso no fue para nada agradable para ella.

...

Link hizo lo suyo con ella tal y como había indicado. Al acabar su jornada, se encontró a Mahiro y se pusieron al corriente de lo que hacía cada uno.

En busca de la calmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora