Capitulo 14: Caminos separados

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Link y Mahiro entrenaban en las playas de OnaOna, pero el encuentro no parecía ser llevado a cabo con el esfuerzo y motivación de siempre, al menos no por parte de Link. Este fue vencido facil y eso le disgustaba a Mahiro, por lo que se detuvo.

—Link, entiendo que te sientas muy deprimido por lo de la señorita Zelda, pero tienes que concentrarte en lo tuyo.

—Me da mucho pesar el  saber que yo era un obstáculo entre ella y sus sueños. No encajaba en su futuro.

—No digas que eres un obstáculo. Al contrario, tú la ayudaste a llegar hasta dónde está. Deberías quedarte con esa parte en tu corazón.

Gëstreu le puso su brazo en sus hombros como consuelo y le habló de forma compasiva.

—Supongo que tienes razón.

Mahiro sacó un sobre de su bolsillo y se lo dió a Link.

—Cambiando de tema, te entrego tu correspondencia. Me crucé con el cartero en mi patrulla matutina.

Link leyó su carta en silencio. Conforme sus ojos miraban las letras, su semblante iba cambiando a uno preocupado.

Hace 2 semanas

Mientras en Hateno, las cosas no iban tan bien como parecían. 

Últimamente el más grande de la familia, Ezlo, estaba muy distraído, se cansaba más fácil y también empezaba a olvidar com frecuencia dónde dejaba sus herramientas. Incluso una vez uno de sus instrumentos había terminado en la recepción del hotel “Con Viento Fresco” y el no tenía idea de como había ocurrido eso. Ese escenario lo ignoró, pensando simplemente que el agotamiento físico y el poco descanso que tenía le estaban jugando en su contra. Pero ahora la cosa se ponía de verdad preocupante cuando un día, había tenido un accidente en su trabajo que lo había dejado incapacitado, se había tropezado con una de sus herramientas y eso hizo que se lastimara seriamente la espalda. Por ello dejó de trabajar hace dos semanas.

Cuando ocurrió lo del accidente la joven Aryll llamó rápido a un doctor a altas horas de la noche. Con un semblante más serio  y maduro para alguien de su edad, lo estaba atendiendo como podía. Luego el médico del pueblo le llamó a la sala para platicar sobre la situación de su abuelo.

Señorita Färrut, debido a la gravedad de la lesión de su abuelo se verá complicado que trabaje de la misma forma de antes. Además, a lo que me contestó en la entrevista…

¿No hay algún remedio para eso?  -interrumpió Aryll claramente ansiosa.

Tratar los huesos de alguien muy mayor siempre es algo delicado y complejo de tratar  -contestó el doctor. —No existe cura, al menos no hasta nuestros días. Lo único que queda por hacer en este momento es que abandone el trabajo de la herrería. Aunque claro, necesitará sus respectivos fármacos y terapias físicas. Y otra cosa que ví fue que…

El doctor miró sus registros y tragó un poco de saliva. Había detectado algo más preocupante cuando había entrevistado a Ezlo.

Ezlo, lleno de angustia, intervino en la escena, había oído todo. Estaba de pie como podía.

Aryll…¿qué está pasando? -dijo el hombre que se veía desorientado.

—¡Abuelo, ¿Que haces aquí?! -dijo preocupada la chica. —¡No debes esforzarte o te vas a lastimar más!

—Estoy bien pequeña, no te preocupes. -le sonrió como podía el anciano a su querida nieta. —Pero, ¿quién es este señor?

Es el doctor Grelis, hermano del alcalde Rendell ¿qué no recuerdas?

En busca de la calmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora