Su madre lo veo con una sonrisa enternecida cuando sale de su cuarto con ropa cómoda y deportiva, y Jimin no puede esperar a abandonar su casa antes de que su madre empiece con preguntas vergonzosas. Sale prácticamente corriendo, bajando despacio las escaleras de los departamentos donde viven, ignorando el ascensor pues cree que si empieza con el cardio de una vez no se sentirá tan mal en su primer día de gimnasio.
Es verdad que el establecimiento queda cerca de su casa, unas cuantas calles caminando y puede ver el gimnasio en la esquina. Para su sorpresa, Yoongi está esperándolo afuera, saludando amigablemente y sonriendo tan dulce como solo él sabe hacerlo, lleva unos shorts deportivos que dejan ver sus trabajadas piernas, y una camisa oscura unas tallas más grandes para su comodidad. Jimin llega al lugar unos pasos después, notando que Yoongi tenía razón cuando le dijo que a esa hora no había gente.
- Creí que era broma... en verdad no hay nadie. - Escucha la risita confidente de Yoongi, además de sentir las palmaditas amistosas en su hombro. Caminan dentro del gimnasio, donde Yoongi se coloca tras el mostrador y le pasa una copia de su formulario.
- La mayoría viene después de la escuela o el trabajo. Todavía es temprano.
Jimin no responde, solo mira a su alrededor el pacífico y vacío gimnasio. Todavía no hay música sonando, incluso algunas luces siguen apagadas.
- ¿Abrió temprano por mí? - Pregunta asombrado, descubriendo el pequeño secreto.
- Me descubriste. Abrimos hasta las 12, pero, supuse que la gente te pone nervioso, así que abrí una hora antes. ¿Te parece si empezamos estirando y calentando?
Jimin asiente, buscando en su mochila sus preciados audífonos, pero su mala suerte y las prisas de llegar rápido antes de que hubiera alguien más hicieron que los olvidara sobre su cama, es una suerte tener al menos su teléfono. Yoongi no tarda en notar el rostro decepcionado de su compañero mientras acomoda las mancuernas que van a usar el día de hoy.
- ¿Pasa algo?
- Olvidé mis audífonos. - Confiesa, volviendo a colgar su mochila en el perchero al lado del mostrador.
- Oh, pues... la bocina está ahí. Conéctate y pon lo que gustes, no soy crítico musical. - Jimin duda en sí es buena idea dejar que Yoongi escuche su lista musical para hacer ejercicio, no es del tipo que muchos suelen usar para motivarse, es más de sonatas más delicadas y estridentes a orquesta o duetos de violín y piano, gustos que generó con el tiempo, incluso intentó aprender a tocar el violín, aunque es algo difícil por sus dedos y lo cansado que termina después. Yoongi termina de preparar al fin el área donde van a trabajar, un tapete de yoga está en el suelo, además de mancuernas de unas diez libras aproximadamente. Al final decide que no es justo para su mente sentir miedo por sus propios gustos musicales, incluso vergüenza, por eso conecta su teléfono y deja que las primeras notas en violín de La Campanella llenen sus oídos con esa emoción que solo un violinista puede hacer. Yoongi alza la mirada tan pronto la canción resuena a través del lugar y cierra los ojos, maravillado por lo imponente que suena el violín.
- Sabes... tienes cara de que te gusta el pop en general. Bien dice que nunca se juzga un libro por su portada.
- ¿Gracias?
Yoongi solo le sonríe, señalándole donde debe colocarse. En cuanto Jimin toma su lugar, ve al frente y nota el espejo enorme reflejando su cuerpo, mira el de Yoongi a su lado, tan diferentes de complexión y se deprime un poco por eso. Yoongi se ve saludable, con una estructura física atractiva por esos músculos y piernas fuertes, agacha la cabeza con tristeza, intentando escuchar lo que Yoongi está explicándole. ¿Por qué no puede concentrarse? No hay nadie en el lugar y aun así siente que lo están viendo, que se burlan de su forma de estar de pie, de su peso, de lo grande de su ropa. A veces solo desea que sus pensamientos guarden silencio, a menos por unos minutos para que pueda estar tranquilo, pero eso no es posible a menos que robe una de las pastillas de Alprazolam de su madre para conciliar el sueño y descansar como se debe.
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SG GYM
FanfictionLa obesidad no es un juego, Jimin lo sabe mejor que nadie, pero no encuentra la manera de bajar de peso. Perdido y sin esperanza llega al único lugar donde no critican su cuerpo: SG GYM. - ¿Te gustaría un día de prueba?